Edgar Wallace fue un escritor inglés muy prolífico que arrasó en todas las librerías con sus obras. Empezó a la edad de veinte años con un libro de versos, aunque luego se decantó por la novela.
Escribió varios millares de relatos, una veintena de comedias de teatro, así como infinidad de artículos de carreras de caballos, que eran su gran pasión.
En la mayoría de sus novelas, el personaje principal era el investigador privado Reeder.
Durante los años veinte vendió más de cinco millones de ejemplares de todos su libros al año: uno de cada cuatro vendidos en Londres era suyo.
La máquina consistía en dos círculos superpuestos. En el de abajo había escritas una serie de líneas argumentales como: "una aparición fortuita", "la heroína se declara", "un asesinato", "accidente", "explosión"... y en el círculo superior había una ventanita. Cuando el escritor se quedaba atascado, le daba vueltas a la máquina y se guiaba de los posibles argumentos y proseguía su escrito.
Dicen que se vendieron como rosquillas y tuvo un gran éxito.
En 1931 murió, no sin antes dejar escrito el guión para la RKO de su última creación: King Kong dejándonos ese legado suyo para siempre.
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