jueves, 22 de octubre de 2020

ALGUNAS SUGERENCIAS PARA PULIR TUS ESCRITOS

corregir estilo de texto literario


Hay una serie de truquillos para revisar el estilo de vuestros textos antes de sacarlos del cajón. Muchos de vosotros escribís de maravilla, así que lo que os traigo ni siquiera trata tanto de detectar errores (eso lo podéis estudiar en la gramática y ortografía de la RAE), sino de pulir lo que no es un acierto para llevar vuestros textos a otro nivel.

Después de dejar reposar vuestras historias y corregirlas es importante que reviséis con calma cada uno de estos aspectos:

Puntuación general:

La puntuación tiene mucho de estilo, pero también bastante de normativa. Los puntos y las comas sirven para guiar al lector en un mar infinito de letras y es importante darle puertos en los que respirar. No es un tema complicado, sino más bien un tema de bloques. La regla básica es recordar que un enunciado se compone de sujeto y predicado, y que es necesario separar cada enunciado del siguiente con un punto o una coma y un nexo como «y», «pero», etc.

Un error frecuente: poner coma entre sujeto y predicado. Esto suele ocurrir en frases largas en las que acabamos perdiendo la referencia, por eso yo recomiendo escribir frases de tres o cuatro enunciados seguidos con coma y nexo como mucho, a no ser que la intención estilística sea perder al lector. Spoiler: ni suele ser el caso ni suele gustarle al lector si lo es.

Ejemplo:

Mal: El chico que llevaba botas azules, cogió el correo y se marchó.

Bien: El chico, que llevaba botas azules, cogió el correo y se marchó.

Bien: El chico que llevaba botas azules cogió el correo y se marchó.

Puntuación de diálogos:

Desde encontrar el símbolo de la raya de diálogo (porque no, no se trata del guion ni del símbolo menos del teclado numérico, sino de una combinación de teclas tan aleatoria como Alt+0151) hasta saber dónde colocar los espacios y puntos, puntuar bien los diálogos se convierte en todo un reto incluso para el escritor experimentado. Cada vez que tengáis que revisar alguno, abrid bien los ojos. 

Trucos para puntuar diálogos:

1. Asociad un atajo en vuestro teclado para la raya. Yo he configurado mi auto corrector (disponible en las opciones de revisión de Word) para que, cada vez que pulso dos veces el guion del teclado, él me escriba automáticamente la raya de diálogo. Así no tengo que andar insertando el símbolo con un copia y pega o teclear la combinación rebuscada que alguien diseñó en su día y que varía en función del programa que utilicéis.

2. Si tenéis dudas a la hora de colocar espacios o puntos, pensad en las rayas como paréntesis y acertaréis la mayoría de las veces, al menos siempre que estéis usando los verbos dicendi.

Eliminar el ruido:

El ruido es todo aquello que disminuye la potencia del mensaje que queréis transmitir. Se compone de palabras vacías de significado que reducen las posibilidades narrativas de vuestro relato cuando hay límites de palabras (como en el taller de esta misma página) y, aunque algunos no lo creáis, también cuando no lo hay.

Contener una historia en su mínima expresión es un reto para muchos de nosotros, pero necesario en un mundo inundado de información. Detectar las expresiones que generan el ruido y cortarlas intensificará el protagonismo del contenido al evitar que el lector tenga que leer de más para llegar a la misma conclusión.

1. Conectores: ya sabéis, esas palabras que unen enunciados de forma tan elegante en los textos… académicos. Puede que no sean tan buenas en uno narrativo. Especialmente si vuestra historia está llena de expresiones chicle. El exceso de conectores suele frenar el ritmo de la acción, y la fluidez lectora aumenta cuando cambias algunos de ellos por punto o coma y nexo (sí, sí, no los borréis todos, que ya sabéis que me gusta defender el valor del punto medio).

2. Repeticiones: usar la misma palabra o derivadas en un mismo párrafo o página puede dar la impresión de pobreza léxica y suele generar cacofonías. Os recomiendo buscar sinónimos, siempre que no sean demasiado rebuscados o arcaizantes. De la misma forma que la repetición llama la atención sobre sí misma, un sinónimo poco adecuado también sacará al lector de la historia, así que a veces la mejor forma de solucionar las repeticiones es eliminar una de ellas.

Ejemplo:

Se negarían a parar solo por eso, alegando que era una pérdida de tiempo. Tal y como estaban las cosas, era cierto que el tiempo no les sobraba. Había también algún pequeño árbol dando sombra a algún animal.

Se negarían a parar solo por eso. Tal y como estaban las cosas, el tiempo no les sobraba. Había también pequeños árboles, dando sombra a algún animal.

3. Redundancias: esas cosas que son repeticiones… sin serlo. Se dan cuando el concepto principal ya implica el contenido de la aclaración que lo acompaña, volviéndola innecesaria a no ser que haya una intención de énfasis. Mejor lo vemos con ejemplos:

· Agarró con fuerza (no es frecuente que a alguien lo agarren con suavidad…).
· Golpeó violentamente (si un golpe no es violento, probablemente no sea un golpe sino una caricia).
· Nunca antes (por mucho que me la estudio siempre acaba apareciendo en mis historias. Si es «nunca» está claro que tampoco es «antes»).
· Subir arriba, bajar abajo… (¿hace falta que diga más?)
· Una sonrisa en el rostro (no va a ser en el… bueno, mejor me callo y seguimos antes de que me echéis por deslenguada).

4. Palabras innecesarias: hay muchas palabras vacías de significado que no aportan nada a la historia. Cada uno tiene sus palabras fetiche, pero suelen ser palabras generalistas que restan potencia a las frases. Os dejo las más frecuentes y ejemplos para que veáis a qué me refiero:

Todo
También
Algo
Muy
Un poco
Mucho
Por completo
Completamente
Total
Totalmente
Poder + verbo
Ser + verbo
Hacer + verbo
Haber + verbo
Tener que + verbo
Casi (este es mi personal enemigo porque suele aportar protección inconsciente del escritor a su personaje. «Casi se cayó». No. «Se cayó». Y le dolió. Y el lector sufrirá con el personaje y se implicará más en la historia).

Ejemplos:

Palabras vacías de significado que no aportan nada a la historia. La frase tiene una doble negación que no aporta énfasis ni es necesaria. Por lo tanto, «nada» fuera: «Palabras vacías de significado que no aportan a la historia»).

En casi diez años el condado se había enriquecido bastante, aunque aún quedaban unos cuantos flecos de pobreza que Marian estaba dispuesta a eliminar. Ninguna de las palabras destacadas aporta matices necesarios para la comprensión del mensaje. Tijeretazo al canto: «En diez años el condado se había enriquecido, aunque aún quedaban flecos de pobreza que Marian estaba dispuesta a eliminar».

5. Vicios léxicos: todos tenemos muletillas al hablar, esas expresiones que nos definen y se cuelan en nuestros textos sin que lo notemos. Las mías suelen ser «me da la impresión», «después de todo» y «de hecho». No puedo descubriros las vuestras, pero solo tenéis que investigar un poco en vuestros relatos y fijaros en las expresiones que nada tienen que ver con la historia o el narrador que estáis empleando y se vuelven constantes a lo largo de vuestros textos… Esas muletillas son vuestros vicios. No se trata de eliminarlas todas, pero tampoco genera mucho impacto tener un «de hecho» cada dos párrafos, ¿no creéis?

6. Parejas de adjetivos: esa tendencia a calificar un sustantivo con parejas de adjetivos que además son sinónimos entre sí solo ralentiza la lectura sin añadir información. Recordad, cuando se trata de adjetivos, 1+1 = ½. Elegid el que mejor califique al sustantivo y cortad el polizón que lo acompañe, que le quita fuerza a la idea que intentáis transmitir.

Ejemplo:

· Vivía en América, la tierra de los sueños y las oportunidades de oro.

· Vivía en América, la tierra de las oportunidades de oro.

Leer en voz alta

La última revisión de vuestro texto debería ser una lectura en voz alta. Es una revisión diferente a las demás porque nuestro cerebro funciona de forma diferente cuando estamos en silencio y cuando estamos callados. Esta lectura te permite detectar:

1. Erratas: Tubo mucha suerte.

2. Problemas de ritmo: Cogió el bate marrón. Golpeó fuerte la pelota. Consiguió el home run. Le coronaron mejor jugador. Qué monotonía de frases. Todas tienen igual extensión.

3. Palabras de más o de menos: «No se dio cuenta de llegaban tarde» en lugar de «No se dio cuenta de que llegaban tarde». O «Cada día que se mira al espejo se se ve más guapa» en lugar de «Cada día que se mira al espejo se ve más guapa»

4. Problemas de musicalidad, como cacofonías o rimas internas no intencionadas.

Cacofonía: Fernando flirteaba frívolamente fiándose de su fabuloso físico.

Rima: Sabía que llegaría el día en que su identidad se descubriría.


En conclusión, no os abruméis por la cantidad de detalles a revisar en el estilo de un texto. Al principio parecen muchos, pero con la práctica os daréis cuenta de que sois capaces de detectar muchos de ellos al mismo tiempo, como verdaderos correctores. Y lo mejor de todo es que la mayoría se solucionan sacando tijeras y cortando las palabras que sobran. El trabajo de revisión es doloroso, pero sencillo.

Eso sí, siempre se os escapará algún detalle, porque, ¿sabéis qué? Yo misma sigo sacando estas cosas de textos míos que he corregido más de diez veces. Y es que ni siquiera un corrector profesional es un corrector objetivo de sus propios textos. Pero siempre podemos intentar hacerlo mejor, porque una historia se compone de forma y contenido, y cuidar la forma es lo que hace desaparecer las palabras y saca brillo al contenido. Es la práctica la que hace al maestro.

Y esto es todo por hoy. Os deseo inspiración en vuestras historias, buena pluma para escribirlas y sabias tijeras para pulirlas. ¡Hasta pronto, compañeros de letras, nos leemos!

Artículo de  Ana Escudero

martes, 13 de octubre de 2020

USOS DE LA CURSIVA

 


La letra cursiva o itálica es la que tiene inclinados los trazos ascendentes de letras como b, d, h, m, L, F, H, T, etc., a menudo con formas más redondeadas que las correspondientes letras redondas.

La cursiva es, junto con las mayúsculas y las comillas, uno de los tres procedimientos básicos para indicar que una palabra o grupo de palabras tiene un sentido especial que no se corresponde con el del léxico común de la lengua. Estos tres procedimientos rara vez se combinan (salvo en los nombres propios y la mayúscula de la primera palabra de una expresión, título, cita o similar).

La normas sobre el uso de la cursiva no son ortográficas, y por tanto lo establecido sobre ella en la Ortografía del 2010 de la RAE (Real Academia Española) y la Asale ha de entenderse como una mera orientación general destinada a textos generales.

Las principales funciones de la cursiva son de énfasis y para señalarle al lector que un sintagma o una palabra común puede resultarle ajena por ser un neologismo, formar parte de una jerga o argot, adoptar una forma incorrecta o funcionar como metalenguaje, es decir, no formar parte del discurso con el sentido propio de las palabras.

Naturalmente, las reglas que siguen a continuación también han de entenderse como orientativas, pues la ortotipografía debe ser flexible y adaptarse a las necesidades de cada escrito. Como ejemplo de esta flexibilidad, pensemos en un escrito donde abundan tanto los énfasis como los neologismos; en tal caso, podemos optar (siempre manteniendo la coherencia) por escribir entrecomillados los neologismos, o bien podemos expresar el énfasis con negrita u otro cambio tipográfico.

Cursiva sin mayúsculas

1) Énfasis:

A ver si te enteras: si lo hizo fue porque quiso, no porque se lo pidieran.

2) En las palabras o letras españolas que se usan como referencia a sí mismas y no por su significado.

¿Una palabra que tenga cinco íes? La respuesta es dificilísima.

3) En las palabras comunes que, por ser de origen extranjero, no siguen las normas ortográficas del español (no van en cursiva, por tanto, los nombres propios, títulos entrecomillados, citas…):

Su partenaire tenía mucho glamour.
La revista se imprime en offset.

4) Las palabras que no se emplean correctamente y las creaciones coloquiales:

Tenía un helao de cocholate, pero me se cayó cuando veía la peli.

5) En textos didácticos, el nombre de los conceptos cuando se introducen o explican:

Los caracteres son representaciones abstractas de los componentes mínimos con valor semántico de una lengua escrita. Una fuente es una colección de glifos, que son representaciones gráficas de caracteres.

6) En diccionarios, la función gramatical, los ejemplos, comentarios, etc., del significado:

durante prep. Denota simultaneidad de un acontecimiento con otro. Durante los días de invierno.

7) Las indicaciones escénicas en obras de teatro o guiones de cine, radio y televisión, incluyendo los paréntesis[1]:

Félix. (Gritando y yendo hacia él.) ¡Hable usted! (Cogiéndole por el pecho un puñado de tela y zarandeándole en el sillón.) ¡Diga usted si es cierto o no es cierto lo que ha dicho esa mujer!

8) Las indicaciones de dinámica y carácter en música empleadas en sentido general, incluyendo las abreviadas:

pianoallegromf

Cursiva con mayúscula en la primera palabra

Se emplea la cursiva con inicial mayúscula en la primera de sus palabras y las que pudieran corresponderle por las normas generales:

1. En los títulos de obras artísticas que forman una unidad física o temporal, y en particular en los de:

a) libros:

Ortografía de uso del español actual
Ecosistemas de los Andes colombianos
Hamlet

b) pinturas, fotografías y esculturas:

Las meninas
Presencia de América Latina
El beso

c) obras teatrales, espectáculos y películas:

La venganza de don Mendo
Desayuno con diamantes
Varekai

d) obras musicales, cuando son descriptivos y no aluden a la forma o el género:

la Sinfonía núm. 6 en fa menor, Pastoral, de Beethoven
Las cuatro estaciones
Los maestros cantores de Núrenberg

e) discos y otros registros sonoros:

Descanso dominical

f) el tema de congresos, encuentros, simposios, etc., que sirven de lema en aposición y que se aplican a toda la serie:

XI Congreso La unidad en la diversidad

Cuando afecta a uno solo de los congreso de la serie va entrecomillado.

g) programas de televisión de emisión periódica, como las series, o que consisten de un único programa:

La familia Ingalls
La casa de la pradera
Informe semanal
Diez años de democracia

h) exposiciones (que alternativamente pueden ir entre comillas):

La exposición 100 años, 50 acontecimientos. Palau de la Música Catalana se inauguró ayer.
La exposición «100 años, 50 acontecimientos. Palau de la Música Catalana» se inauguró ayer.

En ocasiones, una parte del título ocupa el lugar del completo:

el Quijote, el Times.

Los títulos dados en una lengua extranjera conservan las mayúsculas que le corresponden según las normas ortográficas generales de esa lengua:

When I was a German
La France et les Français

2. Los nombres dados a animales individuales:

Mi gata Dara es de raza persa.

Pero podría optarse también por la redonda si, por ejemplo, se trata de animales que son auténticos personajes de una obra, como Tintín y Milú.

3. En nomenclatura zoológica y botánica, los nombres científicos de género, especie y subespecie:

Artemisia campestris subsp. inodora
Felis silvestris catus

4. En nomenclatura bacteriológica, los nombres científicos de todos los niveles:

Lactobacillales

En zoología y botánica se ha preferido la redonda, pero cada vez es más frecuente la cursiva.

5. Los nombres de ejemplares individuales de los vehículos, bien sean parte de una serie, bien sean singulares:

la Numancia, el Cruz del Sur

6. Los movimientos de obras musicales concretas, cuando se refieren al carácter:

El Allegro energico e passionato—Più allegro de la Cuarta Sinfonía de Brahms.

Cursiva con mayúsculas en todas sus palabras

Se escriben en cursiva con inicial mayúscula en todas sus palabas salvo artículos y preposiciones:

1. Las publicaciones periódicas impresas, como diarios, revistas, cómics… También van en cursiva las correspondientes siglas bibliográficas:

Mundo Científico, La Vanguardia, Le Monde
Neue Zeitschrift für Musik, NZfM

2. Los sobrenombres, cuando van acompañados del nombre real

Leopoldo Alas Clarín
La regenta es una obra de Clarín.
Dolores Ibárruri, la Pasionaria

3. Los nombres dados a huracanes y ciclones individuales:

el Katrina, el Choi-wan

Casos especiales

En textos íntegramente compuestos en cursiva, como en las dedicatorias o los epígrafes, las funciones de la redonda y la cursiva se intercambian; no obstante, siempre van en cursiva los símbolos de una letra que representan conceptos matemáticos o magnitudes físicas (como velocidad, energía o temperatura):

Teorema 3. Si a = b y b = c, entonces a = c.

En titulares de prensa, donde la cursiva no se considera adecuada, es frecuente que se reemplace por comillas simples:

El ‘Katrina’ llega a Nueva Orleans

En textos que se muestran en una pantalla, las cursivas también pueden presentar problemas de legibilidad, por lo que se pueden reemplazar por comillas simples, comillas ordinarias o negritas.

Las citas, títulos entrecomillado y similares de textos en otras lenguas no se pasan a cursiva.

No debería formarse el plural de las palabras o sintagmas que van en cursiva dejando -s o -es en letra redonda, sino que han de ir íntegramente en cursiva:

Ese cuarteto tienen demasiados adagios para mi gusto.

Extraído del blog TEXNIA

martes, 6 de octubre de 2020

LÍNEA DE FUEGO, NUEVA NOVELA DE ARTURO PÉREZ REVERTE

 


Arturo Pérez-Reverte siempre había rehuido el tema de la Guerra Civil española salvo como telón de fondo de algunos de sus libros. Pero la desaparición de los testigos y la manipulación política de los hechos desde “el desconocimiento y la ignorancia” le ha llevado a escribir una novela de 680 páginas centrada en diez días de la Batalla del Ebro, saldada con 20000 muertos de ambos bandos. Es Línea de fuego (Alfaguara), presentada este martes en un hotel de Madrid y por videoconferencia.

“Yo conocía lógicamente a los que hicieron la guerra civil: mi padre, mi abuelo, mis tíos... Estuvieron en uno y otro bando. Si les preguntabas callaban, luego supe que porque no querían contaminarnos del odio que vivieron. Pero esta gente ya ha muerto y entonces ahora sólo queda el discurso ideológico, que está siendo utilizado de manera muy clara”, arrancó el ex corresponsal de guerra y novelista que bate todo los récords de lectura.

No es que las heridas sigan abiertas, es que estos irresponsables las han abierto con su discurso simple y maniqueo”

Pérez-Reverte no se cortó un pelo al hablar de esa manipulación política de la confrontación de 1936-39. “No es que las heridas de la guerra sigan abiertas”, dijo en respuesta a la pregunta de un periodista. Y recordó cómo Manuel Fraga, Santiago Carrillo y otros políticos de la transición se esforzaron por cerrar las cicatrices de aquel enfrentamiento entre “gente del mismo pueblo y la misma familia, entre chavales que a veces habían tenido la misma novia, o novio”.

Pero los dirigentes actuales han reabierto esas heridas” para obtener réditos políticos, añadió. Y lo han hecho y siguen haciendo “con ignorancia y de manera irresponsable miserable” a través de discursos “maniqueos y en blanco y negro” que les resulta muy fácil “vender” a jóvenes en general poco instruidos al respecto de la “muy compleja realidad” de esa guerra. Una confrontación en la que “los chicos de 15 años de Falange gritaban igual, pasaban la misma sed, tenían el mismo miedo y resbalaban en el suelo ensangrentado” del mismo modo que lo hacían “los jóvenes comunistas o anarquistas”. Y morían igual.

Los chicos de 15 años de Falange gritaban igual, pasaban la misma sed, tenían el mismo miedo y resbalaban en el suelo ensangrentado del mismo modo que los chavales anarquistas de su edad”

No se vio morir gente por una bandera o por salvar España, sino por un poco de agua, un trozo de pan o por vengar a un amigo”, añadió el autor de la serie del capitán Alatriste y últimamente de Sidi o la Trilogía de Falcó. Y citó un pasaje de la novela en la uno de los personajes dice a otro del bando contrario: “Por lo menos en mi bando morimos por una causa noble”. Y el otro le replica: “No hay nada noble en morir”.

Disfruto de un retorcido placer al pensar que la novela no gustará a ciertos políticos”

El también académico de la RAE aseguró que se siente “feliz” en la convicción de que su libro no gustará a determinados sectores de la política, en especial los de extrema izquierda y extrema derecha: “Disfruto de un retorcido placer al pensar que la novela no gustará a estos irresponsables”.

Línea de fuego es cruda y realista a más no poder. Tanto los personajes como el lugar elegido, Castellets del Segre, son ficticios, pero de lo que se trataba era de “acercar el zoom” a unos combatientes creíbles para que el lector viviera con ellos las angustias de la guerra. “Una guerra muy nuestra y que no se parece a ninguna otra”. Un conflicto armado “que a veces enternece” y provoca una enorme pena al pensar cómo “todo el coraje y el ingenio” mostrado por los soldados de uno y otro frente “se quemaron para beneficiar a unos pocos”.

Las mujeres fueron las grandes paganas de la guerra, pues en solo tres años perdieron todo un siglo de avances y modernidad”

Porque la Guerra Civil “no la ganó nadie más que Franco y la gente de su entorno”, así como “los nazis”, mientras que “todos nuestros padres y abuelos –los que la hicieron y sufrieron– la perdieron”, agregó el escritor.

Entre esos perdedores Pérez-Reverte sitúa en cabeza a las mujeres. Pues “en solo tres años ellas perdieron todo un siglo de avances y modernidad para convertirse de nuevo en confesoras de maridos y bienpensantes”, afirmó.

Extraído del periódico La Vanguardia