viernes, 11 de diciembre de 2015

JAVIER CERCAS



"La escritura es una exploración, una pelea con el lenguaje y las formas para llegar a sitios donde nunca habías estado.
En mi caso también es una batalla paradójica porque aspiro a que mi literatura sea una anti-literatura. No me gusta que lo que escribo suene a literatura. Lo que me interesa es que suene de verdad, sin perder la profundidad narrativa ni estilística.
En eso consiste el sortilegio de la ficción, en hacer creer que algo que no ha ocurrido, ha ocurrido de verdad. Este objetivo exige un minucioso trabajo de depuración, reducir al hueso todo lo que escribo".

Javier Cercas (extraído de la revista Mercurio).

martes, 10 de noviembre de 2015

"El incendio de las mariposas"



O incêndio das borboletas, de Alondra Berber:
La realidad vista con ojos de niño


Autor: Alondra Berber
Libro: O incêndio das borboletas: El incendio de las mariposas
Lugar y año de edición: México, 2015
Editorial: Libro de autor
ISBN: 978-607-00-9243-5 
Número de páginas: 176 páginas
Idioma: Edición bilingüe español-portugués

Cuando los poetas escriben sobre la niñez es como si, festivamente, volvieran a casa después de un largo y penoso viaje. Fernando Pessoa, el poeta que supo ser muchos poetas con tan sólo una infancia es uno de los ejemplos más leídos. Para Pessoa y sus heterónimos no hubo mejor tiempo ni espacio que ser niño. Porque la infancia es, probablemente, ese punto en el que tiempo y lugar son parte del eterno juego infantil, de la inocencia y de la dicha.  Nunca como en la infancia el tiempo se hace largo o se hace corto, según se vive. Jamás, como cuando niños, las estancias y los paisajes nos parecen enormes o infinitos.

En su reciente poemario, Alondra Berber va en busca de la realidad vista con ojos de niño. El incendio de las mariposas es un libro con el que se vuelve a casa. A esas estancias que habitan, para siempre, la inocencia: la infancia tan dichosa y tan terrible a la vez.
Escrito a partir de un enjambre de voces y recuerdos, la poeta avanza en sus versos para redescubrir el asombro: las risas y el lenguaje, el miedo y el valor, el amor materno, la admiración, la inocencia y el abrazo paternal. Todas las emociones y sensaciones que florecen cuando el mundo y sus misterios nos parecen inmensos.

Con lenguaje asequible, directo, Alondra Berber ensaya muchas voces y varios tonos para crear una emotiva canción que nos cuenta mil infancias. Fragmentos de memoria y voces que, al unirse, tornan una sola voz y una sola memoria. Conforme se avanza en su lectura, el libro va desplegándose en dos planos: uno, la voz y el testimonio infantil, que funciona como detonante para el segundo plano: el poético. Así, la poeta logra encender una hoguera para que las mariposas revoloteen festiva y peligrosamente entre las llamas.  Imagen terrible, desde luego, la de las mariposas en torno al fuego.

Sorpresivamente, El incendio de las mariposas es un libro que tocará a todo tipo de lectores. Las imágenes poéticas, cargadas de sentidos y simbolismo, están confeccionadas como esos artefactos lúdicos que arroban tanto a un niño como a un abuelo.Tal es el mérito de la poeta: saber que sus posibles lectores, todos, sabrán reconocerse en sus versos.

Con este libro, Alondra Berber continúa en la construcción de una obra poética original y de voz identificable que iniciara con El péndulo de cal (2013). Saludo la publicación de El incendio de las mariposas como una obra necesaria para enriquecer y renovar el catálogo de la novísima poesía escrita desde el interior del país.

Avelino Gómez G., escritor

lunes, 26 de octubre de 2015

"DE NUEVO, VOLVIMOS A ENCONTRARLA"


De nuevo, volvimos a encontrarla.
Compraba unas flores amarillas.
La imagen se volvió a fugar, un carro tirado por caballos, se la llevó consigo.
Cuando, otra vez, miramos, no quedaba ni rastro del vestido azul, ni de la sombrilla azul, ni de la larga melena morena.
Sus cabellos se reflejaban, producían destellos como si acabara de salir del mar para brillar.
Solo para brillar.
¡Qué más decirte, compañero!. Nosotros estábamos más que perdidos, aquella era una ciudad insoportable, por el día hacía un calor de perros y con la caída de la tarde llegaban las sombras, la niebla, del puerto subía esa maldita humedad que enfriaba los pulmones.
No podíamos aguantar, el rastro era confuso, las pistas, falsas... a través de los cristales empañados de la taberna verde, creíamos ver el terciopelo de su vestido, entrábamos y no encontrábamos más que una silla derribada en el suelo y una copita enturbiada por una mancha carmín en su filo, bajo el estrépito de aquellos marineros, riéndose, sólo  ojos hinchados y muelas cariadas, brindando, agarrados los unos a los otros, bullicio tal que nos hacía alejarnos con la cabeza aún más gacha.
Desesperados ya y con el billete comprado para volver, en la mano, la vimos.
Fue algo inesperado. Era tan claro verla como este papel blanco en el que escribo.
Nos miraba desde una mansión gris. Ella estaba en el piso superior, tras unos amplios ventanales blancos, sorbiendo el interior de una tacita blanca.  Ya no vestía las telas azules, sino rojas como la sangre.

            ¡Ella!, grité.
            ¡Es ella!, ¡es ella!, repetí.
            Tranquilo, me instó mi compañero, agarrando la parte superior de mi brazo.
            ¿Pero no te das cuenta?, continué, ¡la tenemos delante!, ¡nos está mirando!

Deshice la presión que ejercían sus dedos.
Corrí hacia la casa (el sombrero se voló y cayó sobre los charcos que dejó la lluvia).
Ella desapareció tras unas cortinas amarillas.
Estrellé el llamador de metal sobre una puerta blanca.
Una mujer negra me abrió (con una especie de delantal muy blanco).

            ¿Qué quiere?, preguntó.
            Eh, sí, quiero ver a su señora, logré pronunciar.
            No, lo siento, la señora no está. Si quiere, puede dejarme algún mensaje.
            Pero es que... ¡no lo comprende!, ¡esto tiene mucha urgencia!.
            Ya, pero es que mi señora no está.

Empujé la puerta blanca y a la mujer negra con ella.

            ¡Usted!, gritó.

Miré las escaleras que había tras el vestíbulo rosa, eran larguísimas, cubiertas por una alfombra.
Subí los escalones, rápido, de dos en dos.
A mis espaldas, la mujer negra llamó con violencia a alguien.
Llegué al pasillo que seguían a las escaleras.
Todas las puertas se hallaban abiertas, excepto una.
A esa me dirigí.
Pensé que la puerta iba a estar cerrada con llave, pero me confundí, al girar el picaporte a su derecha, la estancia se abrió para mí.
Allí se encontraba ella. Sentada en un sillón. No miró hacia donde yo irrumpía. Su perfil rojo contrastaba con la pobreza gris del día, y también con los sobrevivientes dorados del algunos rayos de sol. Yo, continuaba paralizado.
Los cabellos lisos caían sobre su pecho, la nariz era respingona, la cabeza era grande... no sabía qué hacer. Seguía sin mirarme.
Un poco de claridad parecía que entraba tras los cristales. Junto a sus pies, un conjunto de tazas blancas humeaban. Y revoloteaban. Al contrario que mis pensamientos.
Desde el principio del pasillo, la criada negra me señaló y un hombre negro, muy alto, vino hacia mí, con un palo en lo alto, blandiéndolo.
Cuando el hombre llegó a mi altura, ella habló y por primera vez oí algo de sus labios.

            Tranquilo, dijo al hombre. No pasa nada, y añadió, puedes retirarte.

El criado me miró con ojos coléricos, como inyectados en sangre, para luego dejar caer el palo junto a su muslo y abrazar a la criada que todavía me señalaba (más bien, pasar su mano por la cadera).
No dijo nada.
Me senté enfrente de ella. Tenía una bonita figura.

            Esperaba este momento desde hacía mucho tiempo.

No decía nada, tampoco me miraba. Parecía que su pensamiento se dirigía a los cristales, a la ciudad que palpitaba tras ellos, al mar que rugía frente a los edificios.
Me eché a llorar. No lo pude impedir.

            ¡Tanto tiempo buscándola y ahora no me dice nada!

Era ella. Confiaba seguro en ello. Solo que callaba.
De repente, se levantó del sillón, con sus manos largas y blancas descorrió las cortinas amarillas.
Un fogonazo de luz alumbró la estancia.
Pasé la mano por mis ojos arrastrando las lágrimas que nunca debieron salir.
Me incorporé. Ella, con su traje de sangre y terciopelo miraba la ciudad, la lluvia gris y transparente, las gotas que caían, de nuevo, más allá, sobre el mar.
Ahora pude ver su cara y entonces comprendí. Aunque aparentaba muy pálida y sus labios se mostraban rosados, en sus ojos se veía todo el campo de otoño, los robles encanecer y las hierbas amarillear, las hojas marrones ahogadas en charcos que reflejaban el cielo azul.
Las espigas se alzaban y doblegaban al peso del viento, ¡clamaban miles de manos infantiles estiradas hacia mí!
Entonces lo comprendí, una lenta lágrima recorrió, poco a poco, toda mi cara, salió de entre las pestañas, las desbordó, se balanceó sobre los párpados para cruzar la mejilla.
Ella me miró. Giró la cabeza hacia mí y detuvo el avance de mi tristeza con la palma de su mano, y con sus dedos largos.
Quizá ahí estuviera todo, tras esos ventanales: ella contenía al mundo.
O quizá al revés.
Esa fue la única vez que la toqué (en realidad, ella me tocó), luego volvió a mirar por la ventana y yo, cerré la puerta, suavemente, tras de mí.


AGUSTÍN JIMÉNEZ PEÑAS







miércoles, 21 de octubre de 2015

El dios degollador (Ciclo Décimo Círculo)


Nos encontramos ante una humilde obra, autoeditada en formato PDF, que está revolucionando a los amantes de la lectura fantástica. Sin promoción, sólo gracias al boca a boca de los lectores, lleva acumuladas en tres meses miles de descargas.


 ¿Cuáles son las claves que han facilitado este entusiasmo?

Un joven oficinista que malvive en el umbral de la miseria, un pacto demoníaco, un trabajo como ente sobrenatural, que le librará por fin de las privaciones, y una conspiración de alcance cósmico. Estas son las premisas con las que el autor elabora una narración sin respiro, que lleva al lector a un viaje por el tiempo y el espacio, recorriendo en diversos flashbacks, Nínive, las ciudades del Jordán, la destrucción de la biblioteca de Alejandría o el Haití revolucionario. Utilizando el marco de diversos acontecimientos históricos, describirá la historia y evolución de los personajes que encontrará en su camino el protagonista.

En un género como el terror, donde parece que todo está inventando, y las únicas vueltas de tuerca posibles han sido libros para adolescentes, donde se adultera la esencia misma del propósito de dicha literatura, que no es otro que producir inquietud, el autor logra una atmósfera turbia, desasosegante, plena de sorpresas y giros en la trama.

Dioses variados, ángeles y demonios, djins y shaitanes, son algunos de los entes que desfilan a través de las páginas, a una velocidad de vértigo, llevándonos a un final apocalíptico donde todas las piezas del puzzle que componen el argumento encajan a la perfección.

Advertir que no es una lectura amable. Teniendo en cuenta que la mayoría de los personajes representan a la maldad más pura y siniestra; nos encontraremos pasajes que pueden resultar demasiado desagradables para aquellos acostumbrados a lecturas más livianas. Amantes descarnados, crímenes atroces, o cruentos castigos infernales se turnan en una tour de forcé hacia el caos y la oscuridad.




Sobre el autor, José Antonio Domínguez Garrido, comentar que tiene otro libro editado, “El ansia de los dioses y otros relatos fantásticos”, que se publicó pocos días después de El Décimo Círculo, por lo que podemos suponer que no es neófito en estas lides, y esperamos que en el futuro nos siga proporcionando agradables sorpresas como esta obra.





Ficha técnica
El Décimo Círculo
Autoeditado
José Antonio Domínguez Garrido
ISBN 978-1-312-86694-2

Páginas 226 versión tableta, versión Smartphone
 486 páginas.

martes, 13 de octubre de 2015

Librero por un día


Si siempre has soñado con ser librero, pero por circunstancias de la vida no pudiste, ahora puedes tener la oportunidad de serlo por un día.
"The Open Book" es una librería ubicada en Escocia en la localidad de Wigtown y sus dueños han decidido por un módico precio (30 euros el día), quedarte a dormir en un local encima de la librería, y por supuesto, ser librero durante el día.

Tendrás que realizar todas las funciones del librero: los dueños te darán unas lecciones básicas, y luego tendrás que ordenar los libros, desempacar nuevos, atender llamadas de proveedores, y por supuesto, atender a la clientela y ofrecerle los libros que soliciten; y por supuesto, cobrarles.

Tengo que reconocer que este era mi sueño cuando era chico. Estar rodeado de muchos libros y además ofrecerlo a los demás, siempre informándoles de cuál podría satisfacer los gustos de los lectores que se acercaran a mi librería.

El oficio de librero, tengo que reconocerlo, no es tan bonito como era mi sueño, ya que a los libreros que conozco, no paran de desempaquetar cajas y cajas de libros, preparan albaranes de entrega y salida, tienen que actualizar sus catálogos en los ordenadores, atender proveedores, y cuando sacan tiempo, atienden a la clientela que se acercan para comprar un libro.

En esta librería tan especial "Open Book", además de atender bien a su clientela, y ofrecer a los visitantes el cumplir con el objetivo de ser librero/a por un día, cuidan a los lectores de una manera muy particular.
Les ofrecen tomarse un café acompañado de unas galletas, para que puedan disfrutar de la lectura, sin ninguna prisa.
Por algo le llaman a esta localidad: "El pueblo de los libros".

Así que si os animáis a visitar esta librería tan particular, tenéis que visitar Escocia y cumplir tu sueño de ser librero po un día, si amas realmente los libros.

sábado, 3 de octubre de 2015

Arte con cacahuetes

Es curioso lo que se puede crear con unos simples cacahuetes. El arte y la creatividad se unen para crear estas maravillas.









viernes, 11 de septiembre de 2015

Nuevas normas ortográficas de la RAE 2015



LA RAE PUBLICA LAS NUEVAS NORMAS DE ORTOGRAFÍA 2015
El diccionario de la RAE está en permanente evolución. Por eso, ahora son admitidas muchas de las voces que estamos acostumbrados a ver en Internet (término que no formaba parte del idioma español pero que ha sido incorporado recientemente). Vemos palabras como “tuitear”, “retuit” y “tuitero”. Existen muchas palabras que provienen de fuera de nuestra frontera lingüística y que ha sido adaptadas al español.
Debemos acostumbrarnos con esos cambios provocados por la tecnología. Podemos comenzar a escribir y leer “márquetin”, en lugar de marketing.Algunos cambios son evidentes; otros, sutiles, como en el caso de “solo” (equivalente de “solamente”), que aparece sin acento. Aún más, “guion” (sin acento), porque es un monosílabo.
Un resumen de esas nuevas reglas.
  1. Por regla, las mayúsculas siempre se acentúan.
  2. Los cargos, cuando aplicar, no se escriben con mayúsculas. Ej. “presidente”, “ministro”, etc.
  3. “aún”, con acento, significa todavía; “aun”, sin acento, incluso.
  4. La palabra <hechar> no existe. Se escribe “echo”, equivalente al verbo “verter”, o “hecho”, relativo a suceso.
  5. Se dice “jarabe contra la tos”, no <jarabe para la tos>.
  6. “Ahí hay un hombre que dice ¡Ay!”
  7. Los meses y días de la semana se escriben con minúscula, cuando aplicar.
  8. Se puede decir “oscuro” u “obscuro”, sin intercala o con intercalada.
  9. Después del signo “?” o del signo “!” no se coloca punto.
  10. Después del signo “?” o “!”, pueden ir puntos suspensivos, coma, dos puntos o punto y coma.
  11. “halla”, con doble l, equivale a “encuentra”; “haya”, con y, es la forma del verbo “haber”. “haya” también es un árbol de la familia de las fagáceas.
  12. Se dice “hubo respuestas” y “había muchos coches”, no <hubieron respuestas> ni <habían muchos coches>.
  13. Después de una abreviatura con punto, no va punto final. Por ej.: etc.
  14. Monosílabos que se acentúan: “mí”, “tú”, “él”, “sí”, “sé”, “té”, “dé”, “más”, “qué”, “cuál”, “quién” y “cuán”.
  15. Se dice “detrás de mí”, no <detrás mío>.
  16. Se puede decir “imprimido”, “freído” y “proveído”.
  17. Podemos escribir “rallar queso” y “pintar una raya”.
  18. El plural de “fan” es “fanes”.
  19. Las abreviaturas de las palabras que llevan acento conservan éste. Por ejemplo: “Pág.”
  20. Escribimos “superpotencia” y “exnovio”, sin separación, no <super-potencia> y <ex-novio>, separado por un guion.
  21. Monosílabos que nunca llevan acento: “di”, “da”, “dio”, “vi”, “va”, “vio”, “fue”, “fui”, “fe”, “ni”, “ti”.
  22. “dé”, acentuado, es forma del verbo “dar”; “de”, sin acento, es una preposición.
  23. Nunca llevan -s final palabras como “viniste”, “dejaste”, “comiste”, “usaste”, etc.
  24. “tú”, acentuado, es pronombre personal; “tu”, sin acento, es adjetivo posesivo. Ej. “Tú conduces tu carro”.
  25. “cómo”, acentuado, es una pregunta; “como”, sin acento, es una comparación.
  26. “si”, sin acento, es condicional; “sí”, con acento, es adverbio de afirmación. Ej. “No sé si tengo calor, sí frío”.
  27. “más”, acentuado, significa cantidad; “mas”, sin acento, es sinónimo de “sin embargo”.
  28. Se puede escribir “este” y “esta”, sin acento, en lugar de <éste> y <ésta>, acentuados.
  29. Después de los tres puntos suspensivos, va minúscula, si continúa la frase.
  30. Se escriben con h todas las palabras que empiezan por ia, ie, ue y ui.
  31. El símbolo % se escribe separado, dejando un espacio de la cifra correspondiente.
  32. “mí”, con acento, es pronombre personal; “mi”, sin acento, es adjetivo posesivo.
  33. La expresión <La calor> no existe, pero “la mar”, sí.
  34. Se dice “la mayoría de las personas” y no <la mayoría de personas>.
  35. “por qué”, separado y con acento, se usa para preguntar; “porque”, junto y sin acento, se usa para explicar o responder. Ej. “¿Por qué huyes?” “Porque tengo miedo”.
  36. Decir: “volver a repetir” es redundante. ‘Repetir’ ya dice que está volviendo a hacer algo.
  37. “por (el) que” es igual a “por que”. Ej. “Ese es el motivo por que escribí el post”.
  38. “porqué” es igual a causa, motivo, razón.
  39. Se dice “ha habido” y no <han habido> (ni siquiera en plural).
  40. <haiga> existe, es un automóvil.
  41. Se pone “rr” entre vocales: prerrogativa (ventaja, beneficio, etc.).
  42. Se dice “pienso que” y no <pienso de que>.
  43. Se escribe “estoy seguro de” y no <estoy seguro que>.
  44. Se escribe “enderece”, con c, y no <endereze>, con z (se pone “c” delante de e oi).
  45. Se escribe “yendo”, con y, no <llendo>, con doble ll.
  46. Se escribe “cayó”, con y, no “calló”, con doble ll.
  47. Existe “vaya” (forma del verbo ir), “baya” (fruta) y “valla” (cercado o cartel publicitario).
  48. No es <a grosso modo>, es “grosso modo”.
  49. Se escribe “a pesar” y “o sea” (separados), no <apesar> y <osea> (juntos).
  50. In memoriam equivale a “en memoria de”.
  51. Se dice “a menos que” y no <a menos de que>.
  52. Algunos acrónimos se pueden escribir con mayúscula inicial: Unesco, Otan, Unicef.
  53. La palabra “toballa” (toalla) fue reconocida por la RAE.
  54. Sólo se acentúan los monosílabos que sin la tilde poseen otros significados: “mí”, “qué”, “tú”, “cuál”, etc.
  55. La palabra “murciégalo” fue aceptada por la RAE.
  56. Las palabras “fútbol”, “vídeo” y “período” se pueden escribir sin acento (“futbol”, “video”, “periodo”).
  57. La palabra “haber” es un verbo; “a ver”, mirar.
  58. “si no”, es condición.
  59. Si una frase termina con una abreviatura, no hay que poner otro punto. Ej. “etc.”
  60. Se escribe “trasplantar”, no <transplantar>.
  61. “¡Ah!” es admiración, exclamación.
  62. “a donde” (separado) y “adonde” (junto) son aceptados por la RAE.
  63. “solo” (solamente) se puede escribir sin acento.
  64. <desafortunadamente> (con desgracia) no existe, es “infortunadamente”.
  65. Los números del uno al nuevo se escriben con letras, cuando corresponda. Del 10 en adelante con números.
  66. La palabra “examen” no lleva acento.
  67. Las palabras llanas o graves que terminan en vocal, n o s, no se acentúan. Ej. examen. Pero si terminan en dos consonantes, se acentúan siempre: bíceps, fórceps, módems, etc.
  68. La palabra “cantinflear” fue aceptado por la RAE. Significa hablar de forma disparatada e incongruente, sin decir nada.
  69. “la aptitud”, con intermedia, es la capacidad para hacer una cosa y “la actitud”, con c, la voluntad para hacer una cosa.
  70. El verbo “revelar”, con v, significa descubrir; “rebelar”, con b, es sublevar.
  71. El verbo “desechar” es tirar; “deshecho” es una cosa que, por usada o por cualquier otra razón, no sirve a la persona para quien se hizo (deshacerse de algo). Un deshecho también es un residuo o basura.
  72. “hierba”, con b, es una planta; “hierva”, con v, es de “hervir”.
  73. “yerba” (hierba) es aceptado por la RAE.
  74. “clubs” y “clubes” son aceptados por la RAE.
  75. “sino”, además de significar destino, es salvo y excepto.
  76. Algunas locuciones latinas aceptadas: sine qua non (sin el cual no), in situ (en el sitio), de facto (de hecho), per se (por sí mismo), ad libitum (a voluntad), a priori(antes), ad infinitum(hasta el infinito).
  77. “demás” (junto) significa los otros; “de más”, separado, más de la cuenta.
  78. Se dice “prever” y “previó” y no <preveer> ni <preevió>, con duplicada.
  79. EE. UU. lleva un espacio entre EE. y UU. porque es una abreviatura y no una sigla.
  80. 100% se lee “cien por cien”, “ciento por ciento” y “cien por ciento”, no <ciento por cien>.
  81. La abreviatura de “usted/ustedes” es “ud” y “uds” (sin punto final) y no <ud.> ni <uds.> que equivalen a unidad/unidades.
  82. “enseguida” es inmediato; “en seguida” es cerca.
  83. La palabra “jueza” está reconocida por la RAE.
  84. “quizá” y “quizás” son reconocidas por la RAE.
  85. La palabra “pobrísimo” es reconocida por la RAE.
  86. No se dice <camisa a rayas>, sino “camisa de rayas”.
  87. Las siglas no llevan punto, como en el caso de EUA (Estados unidos de América).
  88. Se dice “con base en” y no <en base a>.
  89. Se dice “la ingeniera”, no <la ingeniero>.
  90. “sobre todo” significa principalmente..
  91. Se escribe “adentro y afuera”, no <a dentro y a fuera>. En la expresión: <sal para afuera>, por ejemplo, existe pleonasmo.
  92. En lugar de marketing, que es una palabra inglesa, es mejor escribir “mercadotecnia”.
  93. Con las letras ei va c; con las aou va z. Ej. ceja, zumo.
  94. Todas las palabras esdrújulas llevan acento.
  95. La palabra “guion” y todos los monosílabos ahora no llevan acento. Ni siquiera “truhan”.
  96. “asimismo” (junto) significa también; “así mismo” (separado), de ese mismo modo.
  97. Se puede decir “decimoprimero” y “decimosegundo” (sin acento).
  98. Se usa “de” para expresar conjetura. Ej. Tu móvil debe de estar afuera. Si es obligación, no: debes usar menos el móvil.
  99. Se dice “la mayor brevedad”, no <a la mayor brevedad>.
  100. “la Internet” está aceptado por la RAE.
  101. “retuit”, “retuitear” y “tuitero” son aceptados por la RAE.