jueves, 19 de diciembre de 2019

FELICES FIESTAS Y PRÓSPERO AÑO NUEVO



Hacer un balance de lo que ha sido el año 2019 que está a punto de acabar es recordar todo lo que hemos hecho en nuestra editorial para satisfacer a nuestros clientes, tanto a editoriales como autores.

Ha sido un año bastante productivo, de un intenso trabajo, y mes a mes, hemos cumplido nuestros plazos, tanto de corrección como maquetaciones y diseños de portadas.



Hemos incorporado nuevos sellos editoriales en nuestra lista de clientes que han confiado en nuestra profesionalidad y buen hacer de los trabajos que realizamos, y ya son más de veinticinco sellos los que han puesto sus obras en nuestras manos para que salgan lo mejor posible en las ediciones.
Es cierto que muchos meses nos hemos atascado por el volumen de trabajo que llevábamos, pero, poco a poco, lo hemos ido solventando.

Estamos bastante esperanzados en el año 2020 que muy pronto arranca, y en nuestros profesionales de la edición que, con su trabajo, constancia y esfuerzo, sacan todo los proyectos que nos llega a nuestra editorial.

También en este año iniciamos un nuevo servicio pensado para los autores que quieran promocionar sus obras en una entrevista que emitimos en una emisora de radio online. Y el resultado ha sido bastante satisfactorio.

Este nos ha animado para seguir trabajando en este proyecto, y al comprobar que funciona, no subimos los precios, sino todo lo contrario: los bajamos para que se puedan apuntar más autores y utilicen este canal para darse a conocer con una entrevista bastante elaborada y que sirve de ayuda para la venta de los libros.

Creamos una página web para darnos mayor visibilidad en internet. Si acceden, podrán ver todo lo que hacemos y los precios que tenemos. Nuestra máxima es la transparencia en todos nuestros trabajos.
Editorial C & M

Seguimos en nuestra línea de incorporar nuevos sellos editoriales y autores que deseen confiar en nosotros. 
Nuestros trabajos aumentan a un ritmo vertiginoso. Hemos realizado más de 1000 maquetaciones, unas 850 correcciones y más de 700 portadas, que nos avalan como sus asesores de confianza en el mundo de la edición.

Desearles a todos nuestros clientes felices fiestas y una buena entrada de año. 

www.editorialcm.com
info@editorialcm.com

jueves, 28 de noviembre de 2019

Decálogo del buen corrector




No teme al silencio ni a la soledad. De hecho, la elevada concentración que requiere su trabajo a menudo le lleva a aislarse durante el desarrollo de su actividad.

  • Duda de todo, incluso de sí mismo. Es un especialista de la lengua, pero eso no quiere decir que lo sepa todo. 
  • Un buen corrector se acompaña de diccionarios y obras especializadas y consulta constantemente los recursos virtuales. A menudo comprueba casi cada palabra de una frase.
  • Es una persona curiosa, con cultura general, por supuesto, pero especialmente con muchas ganas de aprender sobre toda clase de materias.
  • Tiene buen oído para buscar la cadencia idónea en el texto.
  • Es paciente: a menudo es un trabajo arduo y algunas erratas pondrán sus nervios a prueba.
  • Es una persona firme para defender la limpieza del texto, pero flexible para entender los intereses particulares de cada autor.
  • Siente un gran amor por la lectura y por la palabra escrita.
  • sábado, 16 de noviembre de 2019

    Portadas de libros


    ¿Sabía que aparte de los servicios de corrección ortotipográfica, en nuestra editorial también realizamos diseños de portadas?
    Sí, porque queremos convertirnos en un servicio global para las editoriales que quieran externalizar los servicios de edición de sus obras con unos precios realmente económicos.
    Al ser editores, conocemos los servicios y sus precios de mercado y así hemos podido ofrecer los nuestros, muy acorde con lo que demandan las editoriales.
    En correcciones tenemos una tarifa plana de las primeras 200 páginas a un precio excepcional, sin competencia alguna en nuestro país.
    Y en maquetaciones y diseños de portada también hemos hecho un esfuerzo de poner una tarifa bastante económica, y es por eso, por lo que trabajamos con más de treinta sellos editoriales en España y más de cuarenta escritores de forma individual.
    Y seguimos trabajando con nuevas ideas: como la realización de booktrailer, entrevistas en podcast, todo para que el escritor pueda tener esa visualización y ayudarle en las ventas de su libro.
    Si quiere saber más, puede visitarnos en nuestra página web, o ponerse en contacto con nosotros y le informaremos.


    info@editorialcm.com

    jueves, 7 de noviembre de 2019

    Algunas curiosidades ortográficas de la RAE





    1. En las reuniones de la comunidad de vecinos, ¿hay cuórum o quórum? La primera opción. ¿Vamos a Catar o a Qatar? La primera también, en contra de lo que rezaba la camiseta del Barça.

    2. ¿Tomamos un wiski o un güisqui? Tras el fracaso popular de la segunda opción, la RAE prefiere ya la primera.

    3. No hay esprays: hay espráis. No hay que pasarse de anglófilo.

    4. ¿Contraatacar al portaaviones o contratacar al portaviones? Valen las dos. Contraataque o contrataque usted.

    5. Mejor que uno sea posmorderno que postmoderno. Pero cuidado cuando después del prefijo post- va una ese, que entonces ha de volver la te: postsoviético. Quedaría muy mal ser posoviético.

    6. Cómo le gusta a la RAE quitar trabajo a los profes. Ya no tienen que desesperarse explicando las diferencias entre adonde y a donde, ni enseñar que a dónde no existe y debe escribirse adónde. Ahora, vale todo. A donde fueres y adonde estuvieres y a dónde vas y adónde irás. Olé.

    7. Grite aaaaaah. Grite golllllll de Iniesta. Pero si usted en su desamparo llama a voces a mamá por escrito, no olvide todas las tildes: mamááááá.

    8. ¿Se dirige a su hija o a su novia llamándola «Querida Jénnifer» en un correo? Pues muy mal. Jénnifer es un híbrido: inglés en la forma, pero español a causa de la acentuación. Adiós a Jénnifer, toca decidirse. O bien Yénifer (españolizando) o bien Jennifer (inglesizando). No mezcle.

    9. Se escribe coma después de etc. cuando haga falta, aunque sea el sujeto de la oración: «Los melones, naranjas, etc., están en la despensa». Y también hay coma tras los signos de cierre de exclamación e interrogación si se precisa: ¿Qué haces?, ¡para!

    10. Pregunta: «lo hizo todo solo y me parece fenomenal» o «lo hizo todo solo, y me parece fenomenal?». Ponga coma, elija la segunda.

    11. Hay que llamar al pan, pan, y al vino, vino. Pero que no se le calienten a usted los dedos y venga de poner comas a troche y moche como si no hubiera un mañana. Porque si le gusta el café fuerte y vigoroso, debe repetir sin comas: me gusta el café café.

    12. Los puntos suspensivos son tres y solamente tres, siempre. ¿Siempre? Cuidado. Después de una abreviatura, son cuatro: si pudieras venir a la 4 p. m....

    13. ¿Cómo hago cuando, a la vez, quiero preguntar y exclamar? ¿Cómo lo indico por escrito? Antes, la RAE daba de paso abrir con un signo y cerrar con otro: ¡Qué me estás contando? o ¿Qué me estás contando! Pero los tiempos cambian, vivimos en la abundancia y ahora la Docta Casa mudó el gusto: «¿¡Qué me estás contando!?» Será por signos...

    14. Si a usted le toca escribir circulares, convocatorias, etc. preste atención. ¿Pondría examen/es o pondría exámen/es cuando hablase de un examen o de varios exámenes y quisiese abreviar? Ponga la primera forma, que se enfadan si no los académicos.

    15. ¿No sabes na?, ¿no sabes ná?, ¿no sabes ná'? o ¿no sabes na'? La primera. ¿Vale pa to?, ¿vale pa tó?, ¿vale pa tó'? o ¿vale pa to'? Lo han adivinado. La primera también. Y en cursiva.

    16. Y es que hay que hilar muy fino. Aquella mujer está haciendo ejercicio pre- y posnatal, nada de ejercicio pre y posnatal. El guion (sin tilde ya, ay) es importante.

    17. Y aquí va la guinda del pastel ortográfico: ¿Amsterdam o Ámsterdam? La segunda, porque dice la RAE que ya está consolidado el uso de la tilde en esa palabra esdrújula (como en todas las esdrújulas). Entonces, ¿Wáshington? Pues no: Washington. Y el que lo entienda que lo compre.

    Ahora diez cuestiones gramaticales


    1. Nada de desdoblamiento de género. Nada de «los profesores y las profesoras de este centro», como no sea por cortesía. Menos aún, *l@s niñ@s, *les niñes o *lxs niñxs. Sí se debe desdoblar cuando exista alguna duda: «Había desheredado a sus hijos y a sus hijas». Si no, masculino siempre, que es el género por defecto que usa la lengua. La RAE ha hablado.

    2. ¿Son correctas «la pilota», «la bikini» o «la pijama». Pues sí. Igual que llamar «la histrionisa» a una actriz teatral; o «la Vogue», para nombrar la revista.

    3. ¿Tiene usted pósters en su habitación? No. Tendrá «pósteres», que «pósters» no es correcto. Valen «guardias civiles» o «guardiaciviles»; pero no escriba jamás «guardiasciviles», con esos dos plurales. Las notas musicales son: «dos», «res», «mis»... Y sigue siendo «tiito», no «tiíto». No lleva tilde por ser palabra llana terminada en vocal.

    4. ¿Se debe decir «adecua» o «adecúa»?. La RAE admite ambos como correctos. Pero hay que crear nuevos mareos a profes y alumnos. Así, valen «yo historío la Edad Media» y «yo historio la Edad Media».

    5. Es «dígannos» y «hágannoslo» y «mantennos», aunque nos llamen la atención las dos enes ahí, bien puestas. Sin embargo, nada de «digámosselo», sino «digámoselo», con una ese de menos. Y por fin se aclara el imperativo de «ir»: no es «irsus» ni «irse» como pide el folclorismo patrio. Será «idos» como forma culta, e «iros» como popular.

    6. No es «la permitieron ir sola a la fiesta», es «le permitieron». Vale el verbo en singular para «la educación y la cultura constituye la base de una nación» (me suena a rayos) y demás fórmulas que consideren un sujeto múltiple como unidad. Por si acaso y para mayor confusión, también se admite el verbo en plural, «constituyen».

    7. En ciertas zonas de hablantes del español no se usa «vosotros» sino «ustedes». Pero ni se diga ni se escriba «ustedes sabéis», porque es «ustedes saben». Y pregunto: «¿Yo soy el que lo hice?» o «¿Yo soy el que lo hizo?». Y respondo: cualquiera de las dos.

    8. Es «decimoprimera vez», cuando se escribe todo junto, que se admite. Pero debe ser «décima primera vez», con el femenino, si preferimos dos palabras para el ordinal. Y un lío más: se critica el uso tan frecuente de «detrás mío». Sin embargo, hasta tres posibilidades valen en expresiones parecidas: «al lado mío» o «a mi lado» o «al lado de mí». Olé.

    9. Parece increíble, pero la RAE defiende que algo pueda «estar completamente lleno» o «casi completo», cuando la razón dice que o está lleno o completo o no lo está. Y fíjense qué barullo: ya tiene carta de identidad ese galicismo de «los temas a tratar»; pero si le pongo verbo delante, volvería el «que»: «tenemos temas que tratar».

    10. ¿Dice usted, lector, que es miembro del AMPA de la escuela? Pues no, no lo es. En todo caso, lo sería «de la AMPA», en femenino. Y pongan cuidado: hay que escribir y decir: «te envío carta e 'email'», con la conjunción «e». Porque «email» se pronuncia /iméil/ y sonaría mal decir «/i iméil/». ¿Qué opinan ustedes de lo que opina la RAE?

    miércoles, 23 de octubre de 2019

    Ortografía en los tratamientos



    Seguro que alguna vez has dudado sobre cómo se deben escribir las fórmulas de tratamiento más comunes: con mayúscula o minúscula, con punto o sin él, con letra volada o sin ella… Por este motivo, vamos a explicar de forma breve y sencilla cómo es la ortografía de las fórmulas de tratamiento tanto en español como en inglés.
    ¿Don y doña se escriben con mayúscula inicial?
    Según la Ortografía de la lengua española (2010), todos los tratamientos deben escribirse con minúscula inicial, pues se trata de sustantivos comunes y, por tanto, no hay razón para escribirlos con mayúscula inicial. Esto afecta a aquellos antenombres como don, doña, santo, santa, etc., como a aquellos que no necesariamente acompañan a nombres propios, como señor, señora, doctor, doctora, etc. El siguiente ejemplo valdría para ejemplificar cómo han de escribirse los tratamientos:
    Don Felipe y doña Letizia asistirán a la Misa de Pascua del domingo en la catedral, costumbre que instauraron don Juan Carlos y doña Sofía (El País, 30/3/2015).
    El único don escrito con mayúscula inicial es, como resulta evidente, el primero, puesto que al comienzo de texto ha de escribirse con mayúscula inicial la palabra que lo encabece.
    No sería correcto, aunque es frecuente verlo, que los sustantivos don y doña del enunciado aparecieran con mayúscula inicial, como en este ejemplo:
    A pesar de eso, la presencia de Don Felipe y de Doña Letizia pasó bastante inadvertida entre el público […]. (El Mundo, 8/9/2019).
    No obstante, en el Diccionario panhispánico de dudas —del año 2005 y, por lo tanto, anterior a la actual Ortografía, que se publicó en 2010— se justifica la excepción de emplear estos tratamientos con mayúscula inicial:
    […] Por razones de respeto, los títulos de los miembros de la familia reinante en España suelen escribirse con mayúscula, aunque vayan seguidos del nombre propio de la persona que los posee, al igual que los tratamientos de don y doña a ellos referidos: el Rey Don Juan Carlos, el Príncipe Felipe, la Infanta Doña Cristina.
     
    En nombres propios
     
    Cuando estos sustantivos no se utilizan como fórmulas de tratamiento, sino como nombres propios, entonces sí es correcto escribirlos con mayúscula inicial. Es lo que ocurre con algunos topónimos como Don Benito, San Sebastián o con festividades como San Fermín.
     
    En nombres comunes
     
    En el vocabulario del español hay algunos ejemplos en los que se puede observar que la fórmula de tratamiento se ha lexicalizado. Por ejemplo, si decimos que «Marcos es un donjuán» —en referencia a que es una persona mujeriega— tendremos que escribirlo en una sola palabra y en minúsculas. También es posible escribirlo don juan, en dos palabras y con minúscula inicial en ambas. Lo mismo ocurre con otros sustantivos como dondiego y don diego ‘planta de la familia de las nictagináceas’ o don pedro y dompedro ‘orinal’.

    ¿Y qué ocurre con las abreviaturas?
     
    La cuestión se complica cuando hablamos de las formas abreviadas de estos tratamientos, puesto que, como se establece en la Ortografía (2010, p. 469), «la escritura con mayúscula inicial solo es obligatoria en las abreviaturas de los tratamientos, que han quedado fosilizadas en esa forma: D.ª, Dra., Fr., Lic., Ilmo., Sr., Sto., Ud., etc.».


    Asimismo, hay que tener en cuenta dos cuestiones más: por un lado, siempre se escribe punto tras la abreviatura; por otro lado, en aquellas formas que requieran la presencia de la letra volada, deben estar precedidas por punto, como en D.ª, Prof.ª o Sr.ª (también es posible abreviarlo como Sra.).

    ¿Cómo se escriben los tratamientos en inglés?
     
    Lo primero que debemos tener en cuenta con los tratamientos en inglés es que varían en función de la lengua en la que escribamos. Si tenemos que hacer referencia a un tratamiento inglés como, por ejemplo, sir, habrá que considerarlo igual que don, señor, etc. De modo que, en español, escribiremos sir Arthur Conan Doyle o sir Alex Ferguson.
    Como especifica la Fundéu, el término sir es un anglicismo no adaptado, de modo que hay que escribirlo en cursiva o entre comillas. Lo mismo ocurre con otras formas como lady o lord, que tendrán que escribirse con minúscula inicial y en cursiva cuando estemos escribiendo en español.
    En inglés, los tratamientos se escriben con mayúscula inicial en dos ocasiones: cuando encabezan una carta o correo —Dear Sir, Dear Madam— o cuando se hace referencia a un título nobiliario que antecede a un nombre propio, como Lord Byron o Sir Paul McCartney.
    Cabe mencionar que, cuando términos como sir o madam se utilizan como nombres comunes —es decir, cuando no anteceden a un nombre propio— han de escribirse con minúscula: Hello, sir, can I help you?; Thank you, madam.




    Las abreviaturas de los tratamientos en inglés
     
    Al igual que ocurre en español, las abreviaturas de estas fórmulas de tratamiento se escriben con mayúscula inicial. No obstante, hay que tener en cuenta que no son iguales las abreviaturas en inglés británico que en inglés americano. En el británico se omite el punto después de la abreviatura: Mr Smith, Mrs May, Ms Martin. El plural de Mr. es Messrs., procedente del francés monsieurs, mientras que el plural de Mrs. es Mmes (del fr. mesdames). Asimismo, cabe mencionar que en inglés se emplea la formas Master en referencia a los niños o personas jóvenes.
    Sin embargo, en el inglés americano se prefiere el uso del punto en las abreviaturas: Mr. Smith, Mrs. May, Ms. Martin.
    A modo de resumen podemos decir que las fórmulas de tratamiento en castellano, a menos que sea en abreviaturas, se escriben con minúscula inicial. En inglés, por el contrario, siempre se escriben con mayúscula inicial, tanto en los tratamientos como en sus formas abreviadas.

    Extraído del blog Leon Hunter

    miércoles, 9 de octubre de 2019

    Jordi Sierra i Fabra: Leer le dio sentido a mi vida




    Jordi Sierra i Fabra es un escritor prolífico con más de 500 obras publicadas en literatura infantil y juvenil, siendo también un estudioso de la música desde finales de los años 60.
    Fue fundador de revistas musicales como: El Gran Musical, Disco Exprés, Popular 1 o Top Magacine.
    Gracias a la Fundación de Jordi Sierra, se da la oportunidad a muchos jóvenes para impulsarles en su carrera literaria, creando un premio que lleva su propio nombre. 


    ¿Por qué hablamos de Jordi Sierra? Sencillamente queríamos hacerle nuestro homenaje particular a este gran escritor por tantos buenos ratos que nos ha hecho pasar con sus novelas.
    Tengo una en la biblioteca de mi casa, que es La Página Escrita, un manual muy personal de cómo escribe sus libros, las tácticas que utiliza el autor, y que te enseña el placer, no solo de escribir, sino de leer.
    Os dejo con un vídeo que nos ha parecido muy emotivo, donde el escritor nos cuenta en tan solo una hora casi todas las vivencias de su juventud, y algunas no tan agradables, que lo llevaron a ser lo que es hoy: el escritor más leído de nuestro país, también el más prolífico, y que ha recibido innumerables premios.
    ¡Grande, Jordi Sierra!



    sábado, 5 de octubre de 2019

    Cómo se escriben los números en una obra




    La edad de un personaje, ¿ha de escribirse con letras o con cifras? ¿Y las fechas y las horas? ¿Y los ordinales?

    Los números cardinales

    Cuando escribimos una obra literaria o un texto no técnico, la R.A.E. nos recomienda que escribamos los números cardinales con letras, a no ser que se trate de un número muy complejo. Es decir, se escribirán con letras aquellos números que puedan expresarse en tres palabras o menos:

    María tiene cuarenta años, ha escrito cuatro novelas y es profesora. En su clase hay treinta y tres alumnos, a los que les ha dicho un millón de veces que tienen que portarse bien.
    Por otro lado, cuando el número a escribir es más largo o complejo, se escribirá con cifras:
    María vive en un pueblo de 25 957 habitantes y cobra 1859 euros al mes.
    OJO: no sé si os habéis fijado, pero los números del último ejemplo no llevan un punto o una coma separando los millares (25.957 o 1.859). Sé que resulta extraño, pero la nueva normativa de la R.A.E. dice que los números de cuatro cifras NO llevarán separación (1859) y los números de cinco cifras o más NO llevarán ni puntos ni comas, sino una separación (25 957 o 1 343 392).

    Siempre con cifras

    Hay algunos casos en los que siempre hay que escribir en cifra y no en letra, como el caso de los porcentajes superiores a diez:
    El 94 % de los niños ha traído los deberes hechos.
    Los porcentajes menores pueden escribirse con letras o con números, según prefiera el escritor, siendo siempre más recomendable para una novela la escritura en letras:
    El seis por ciento de los niños no ha traído los deberes.
    Otra excepción que se escribe siempre con una cifra es la de los números que van después del sustantivo al que se refieren:
    María va por la página 3 del libro y duerme en la habitación 130 del hotel.

    Mezcla de cifras y letras

    La R.A.E. nos recomienda que, al menos en la escritura de ficción (novela, relato, etc.), procuremos NO mezclar en un mismo enunciado cifras por un lado y números escritos con letra por otro. Es decir, que si tenemos en el mismo párrafo o en dos párrafos próximos un número sencillo y otro complejo, es mejor escribirlo todo con números:
    María tiene 40 años, ha escrito 4 novelas y cobra 1859 euros al mes.

    Las fechas

    Lo normal, incluso para obras literarias, es escribirlas con cifras de la siguiente manera:
    “María nació el 28 de octubre de 1975.
    OJO: el año va sin punto de separación, como vimos antes que se hacía para la representación de los números de cuatro cifras.

    Las horas

    En textos literarios, es mejor que procuremos escribir siempre la hora con letras:
    María salió del trabajo a las cinco menos diez porque había quedado con Pedro a las cinco y cuarto.

    Los ordinales

    Por último, me gustaría hacer mención a los ordinales, que en una obra literaria se escribirán siempre con letras:
    María vive en un primer piso y está escribiendo su quinta novela.
    OJO: recordad que utilizar treceavo, catorceavo, quinceavo, veinteavo… como ordinales es un error. Un treceavo equivale a uno dividido entre trece, y no al lugar número 13. La forma correcta es decimotercero/a o decimotercer/a.

    Extraído del blog Literautas

    miércoles, 25 de septiembre de 2019

    GUION SIN TILDE


    Soneto lingüístico número 19

    Mi amigo sentenció, tras raudo juicio,Guion
    que vio un error brutal mientras leía:
    «¡Guion sin tilde!», no se lo creía,
    pues era yo el autor del estropicio.

    «Todo está bien, no iré por esto al trullo
    –repuse al aturdido compañero–,
    te explicaré el asunto y luego espero
    que entiendas que el error fue solo tuyo.

    »Si una vocal es átona y cerrada
    y tiene de una abierta compañía
    hay diptongo, según nuevo mandato.*

    »Da igual que la pronuncies separada:
    quita a la o la tilde que tenía
    y olvida al escribirla que es hiato».
    Ramón Alemán
    * La Ortografía de la lengua española de 2010, de la Real Academia Española, establece como norma que la unión de una vocal cerrada átona y una abierta se considerará, a efectos de acentuación gráfica, un diptongo, independientemente de cómo se pronuncie. Por ello, a la hora de escribir la palabra guion, esta es monosílaba y no lleva tilde. Hay que decir, no obstante, que esta regla ha recibido críticas de autoridades lingüísticas como Manuel Seco –que es miembro de la RAE– y el ortógrafo José Martínez de Sousa.