martes, 9 de julio de 2019

Cómo escribir correctamente los pensamientos de los personajes


Hace un tiempo hablamos en el blog sobre cómo escribir y puntuar diálogos correctamente, así que la parte referente al habla de los personajes ya está cubierta, pero ¿qué ocurre cuando piensan?
cómo piensa un personaje
Sois muchos los que nos habéis escrito planteándonos esta duda, así que vamos a intentar resolverla con esta entrada. Esperamos que os sirva de ayuda.

Estilo directo vs. estilo indirecto

Antes de explicaros cómo se representan gráficamente los pensamientos de los personajes, me gustaría hacer una pequeña diferenciación entre los dos estilos posibles para hacerlo: el directo y el indirecto.
El estilo directo es aquel que muestra las palabras del personaje tal cual éste las ha pronunciado, ya sea verbalmente, ya sea en su cabeza. En el estilo indirecto, en cambio, es el narrador el que nos dice qué ha pensado el personaje.
Estilo directo: Estuvieron caminando más de dos horas y todos comenzaban a inquietarse. «El pueblo está más lejos de lo que habíamos previsto», pensó Maite.

Estilo indirecto: Estuvieron caminando más de dos horas y todos comenzaban a inquietarse. Maite comenzó a pensar que el pueblo estaba más lejos de lo que habían previsto.

Estilo directo. Siempre entre comillas

Al contrario que el diálogo normal (que puede ir con rayas — o comillas «»), el pensamiento del personaje, cuando va en estilo directo, lleva siempre comillas, preferiblemente latinas:

MAL: Todas las luces de la mansión estaban apagadas. —¿No estarán en casa?—, se preguntó Jaime.

BIEN: Todas las luces de la mansión estaban apagadas. «¿No estarán en casa?», se preguntó Jaime.

Como veis, la puntuación en este caso es la misma que para los diálogos normales. Se cierran las comillas, se coloca la coma después y el texto del narrador (se preguntó Jaime) va fuera de las comillas.

Estilo indirecto

En el estilo indirecto, al ser el narrador el que habla, no es necesario añadir comillas ni ninguna otra diferenciación.

MAL: Todas las luces de la mansión estaban apagadas. Jaime pensó «que no parecía haber nadie en casa».

BIEN: Todas las luces de la mansión estaban apagadas. Jaime pensó que no parecía haber nadie en casa.

Pensamientos dentro de diálogos

Por último, aunque no es lo más habitual, podemos encontrarnos el caso de un pensamiento que se ha de mostrar dentro de un diálogo. Por ejemplo, si un personaje está contando un cuento a otro. ¿Cómo representarlo en este caso?
Si la conversación está escrita con rayas de diálogo, el pensamiento se escribe entre comillas:

—¿Y qué pasó después, abuelo? —preguntó el niño.

—Después, los tres chicos se acercaron sigilosamente a la mansión, pero vieron que las luces estaban apagadas. «No debe de haber nadie en casa», pensó Jaime, pero no se atrevió a decirlo en voz alta.


En cambio, para los diálogos que ya están escritos con comillas latinas, hemos de usar otro recurso, que consiste en emplear las comillas anglosajonas:

«¿Y qué pasó después, abuelo?», preguntó el niño.

«Después, los tres chicos se acercaron sigilosamente a la mansión, pero vieron que las luces estaban apagadas. “No debe de haber nadie en casa”, pensó Jaime, pero no se atrevió a decirlo en voz alta».


Estas son las normas básicas para la representación de pensamientos de los personajes. ¿Qué os ha parecido? ¿Hemos conseguido aclararos las dudas? Si no es así o tenéis alguna duda adicional, podéis comentárnosla a continuación e intentaremos resolverla.