lunes, 17 de julio de 2017

Idos /Iros


Arturo Pérez-Reverte lo avanzó en Twitter: «La RAE acaba de aceptar iros, tras mucho debate, pues nadie decía idos o íos. Ya se puede usar sin complejos. Será oficial en otoño». Después, matizaba: «Lo correcto sigue siendo 'idos'. Pero se registrará 'iros' como uso habitual». No es extraño que fuese el autor de «El capitán Alatriste» el primero en comunicar esta novedad, pues se trata de una propuesta personal suya, tal y como ha explicado el académico Félix de Azúa. «La idea fue de él, siempre el más combativo. Decía que absolutamente nadie escribiría 'idos a la mierda', sino 'iros a la mierda'. Ese fue un argumento de peso que hizo que la totalidad de los académicos aceptáramos la medida», ironizó el intelectual, que luego subrayó que la Academia solo «acepta usos y no los impone».
El director de la RAE, Darío Villanueva, ha explicado que este es el resultado de un debate «que ha durado años» y que «era una insistencia razonada de los escritores, que se sentían forzados a la hora de escribir el imperativo 'idos'». Sin embargo, no ha tardado en destacar que este es un caso excepcional y que en ningún momento afecta a la gramática, que no admite «corrupciones del idioma». «Esto no significa que la Academia vaya a cambiar la gramática de los imperativos. No. Hay verbos regulares y verbos irregulares, que son los que tienen una ruptura del sistema que se podría esperar. En el caso de 'iros' la Academia ha reconocido una irregularidad que transforma la naturaleza del verbo». En otras palabras: se sigue prefiriendo «marchaos» a «marcharos» y «callaos» a «callaros».


El escritor y académico Luis Mateo Díez se ha manifestado a favor de esta opinión. «La lengua es de la calle. Lo que no hay que hacer es maltratarla. Yo creo que 'iros' lo dicen casi todos, la decisión de aceptarlo venía de atrás». La también escritora y académica Soledad Puértolas ha secundado las palabras de Díez, añadiendo: «Una cosa es la simplificación y otra la naturalidad. Es importante sentirse cómodos con el lenguaje».