lunes, 26 de septiembre de 2016

¿Va junto o separado?

  • "Sobre todo". El sobretodo es una prenda de vestir, por eso no lo marcan como erróneo los correctores cuando se pone junto y no nos referimos a ese significado. Lo correcto es:
"Me levanto con mucho sueño, sobre todo los lunes"
"No sabía que el sobretodo es una prenda de vestir"
  •  "Aparte". Para evitar confusiones, y porque la intención de este blog proporcionar soluciones sencillas, bastaría con preguntarnos si tiene que ver con "apartar" o "apartado", y no con una porción de un todo (una parte). En general, se escribirá junto cuando se pueda sustituir por "además" o por "a un lado":
"Aparte (además) de ti, no conozco a otro taxista"
"Si no te gustan los guisantes, déjalos aparte (a un lado)"
Del mismo modo, si se puede incluir "una" entre "a" y "parte", se escribirá separado:
"La medida decepcionó a (una) parte de sus votantes"
"(una) parte de la ortografía se le pueden aplicar reglas sencillas de recordar"
  •  "Entretanto". Cuando se usa como adverbio de tiempo (su uso más frecuente), se puede utilizar tanto junto como separado (aunque, personalmente, prefiero junto). Se puede sustituir por "mientras tanto"
"Ella lo esperaba, entretanto, él seguía intentando arrancar el coche"
"Ella lo esperaba, entre tanto, él seguía intentando arrancar el coche" 
En el caso de nombre masculino, como periodo de tiempo que transcurre entre dos hechos (uso muy poco frecuente), va junto:
"Estuvo esperándola, y en el entretanto, pudo mandar el mensaje"
Por último, existe la posibilidad de que "entre" y "tanto" sean palabras independientes. Se trata de cuando "tanto" se refiere a una magnitud, intensidad, comparación, etc. En ese caso, además de que admite género femenino y plural, se puede sustituir por "esa cantidad de" o similar:
"Entre tanto/s (esa cantidad de) participante/s (tanta gente), Juan pasaba desapercibido" 
  • "En medio". Directamente, la palabra junta no existe, debiendo escribirse separado:
 "Siempre elegía el de en medio"
  • "Entremedias". A diferencia de la anterior, puede usarse junto o separado (mejor junto, ya que existe como tal):
"Mejor colocar el cenicero entremedias de los dos asientos" 
"Mejor colocar el cenicero entre medias de los dos asientos" 
  • "Tal vez". Salvo en excepciones, en regiones de América, no está admitido junto. Ante la duda, pues, mejor separado: 
"Tal vez, deberías de replantearte la decisión"
  • "Sinrazón". Irá junto cuando actúe como sustantivo y, como tal, se podrá sustiruir por otro sustantivo:
"No podía permitir tanta sinrazón (locura, irracionalidad, etc.)"
Si va separado, se puede poner "una" entre "sin" y "razón": 
"Se puso a gritar sin (una) razón aparente" 
  • "Sinsabores", "Sinnúmero". Es el mismo caso que la palabra anterior: 
 "Estaba curtido por los sinsabores (escollos, problemas, decepciones) que había tenido en su vida profesional"
"Eran unos platos sin (unos) sabores definidos" 
"Tuvo que afrontar un sinnúmero (montón, una barbaridad) de problemas"
"La dirección del destinatario venía sin (el) número
  • "A bordo". Se escribe junto solo la primera persona del presente del verbo abordar: "yo abordo". Subirse a un buque es subir "a bordo" 
"El capitán fue el primero que subió a bordo"
"En cuanto venga el presidente lo abordo y le hago las preguntas" 
  • "Asimismo". El adverbio "asimismo" (se puede sustituir por "también") puede escribirse indistintamente junco o separado ("así mismo"), pero no hay que confundirlo con la expresión "a sí mismo" ("a él o ella") 
"Asimismo / así mismo (también), se puede confiar en la otra ruta"
"No se daba cuenta de que se estaba haciendo daño a sí mismo (a él) "

  •  "Dar abasto". Significa no dar de sí lo suficiente, no poder con todo lo que tenemos que hacer. Se escribe junto "abasto" aunque separado, "a basto", no dará error en los correctores, puesto que ambas palabras existen y son correctas, aunque juntas no tengan ese significado.

"Desde que me encargaron de otro almacén más, no doy abasto con la contabilidad".

Extraído del blog Cómo escribir correctamente. 

domingo, 18 de septiembre de 2016

Puntos suspensivos





Uso de los puntos suspensivos


Los puntos suspensivos () suponen una interrupción de la oración o un final impreso.

Siempre son tres (SOLO TRES) ni uno más, ni uno menos.


Orientación de uso
Ejemplos

Después de los puntos suspensivos, cuando cierra un enunciado, se escribe mayúscula.







El caso es que sí lloviese… Mejor no pensar cosa tan improbable.

Estamos ante un bosque mediterráneo de encinas, alcornoques, pinos… Bajo estos árboles es fácil encontrar níscalos en otoños lluviosos.


Cuando los puntos suspensivos no encierran un enunciado y este continúa tras ellos, se escribe minúscula.


Estoy pensando que… aceptaré; en esta ocasión debo arriesgarme.


Se usan los puntos suspensivos al final de enumeraciones abiertas o incompletas, con el mismo valor que la palabra etcétera.


Su tienda es como la de los pueblos, donde venden de todo: comestibles, cacharros, ropas, juguetes….

Puedes hacer lo que te apetezca más: leer, ver la televisión, escuchar música…


Cuando se quiere expresar que antes de lo que va a seguir ha habido un momento de duda, temor o vacilación.



Iré; no iré… Debo decidirme pronto.

Espero una llamada del hospital… Seguro que son buenas noticias.

No sé… Creo que… bueno, sí, me parece que voy a ir.

En ocasiones, la interrupción del enunciado sirve para sorprender al lector con lo inesperado de la salida.


Se convocó a una junta, se distribuyeron centenares de papeles anunciándola y, al final, nos reunimos… cuatro personas.



Para dejar un enunciado incompleto y en suspenso.


Fue todo muy violento, estuvo muy desagradable… No quiero seguir hablando de ello.


Cuando se reproduce una cita textual, sentencia o refrán, omitiendo una parte.


En ese momento de indecisión, pensé: Más vale pájaro en mano…” y acepté el dinero.

El escolar recitaba muy solemne: “Con diez cañones por banda…”


Se escriben tres puntos dentro de paréntesis (…) o corchetes […] cuando al transcribir literalmente un texto se omite una parte de él.


Yo fui loco y ya soy cuerdo; fui don Quijote de la Mancha y soy agora […] Alonso Quijano el Bueno.


miércoles, 14 de septiembre de 2016

LA FLOR DEL SINDICATO

Publicamos un nuevo texto de Agustín Jiménez Peñas. Que disfruten del relato:






Abre la frutería no sin estrépito. Le fastidia el madrugón para bajar a Madrid, no tener un pavo, la contaminación y que está sin chica.
A media mañana toma un café y al pasar por delante de un sindicato, ve que en la recepción hay una mujer bien guapa. Miguel pasa. Quiere abrir una sección sindical. Le dan documentación. 
¡Qué mujer tan linda!
En dos días hay una manifestación. Y allí va: banderas, carteles, pegatinas, eslóganes, voces, energía…Tras terminar la manifestación, toman un bocadillo, la mujer linda…y otros compañeros.
En el bar se ausenta para ir al baño y al regresar, la mujer linda habla con un hombre. Se lo presenta a Miguel. El novio. Muy majos todos, pero Miguel se vuelve a casa.

Pasan los días sin nada especial y comprando el pan la mujer linda lo ve pasar y le llama. Miguel se disculpa. Le invita a otra manifestación. Se excusa débilmente. Al final, va. Otra vez caerá en la redes del desamor. Otra vez, las banderas, las voces, los compañeros, otra vez el bocadillo, va al baño, vuelve.
La mujer linda habla con una mujer, ¡aún más linda!. Le presentan, es su hermana. 
Les deja solos. Le guiña un ojo.

AGUSTÍN JIMÉNEZ PEÑAS

sábado, 3 de septiembre de 2016

Curiosidades en la escritura

El vocablo «reconocer» se lee lo mismo de izquierda a derecha que viceversa.
En el término «centrifugados» todas las letras son diferentes y ninguna se repite.
En «aristocráticos», cada letra aparece dos veces.
El vocablo «cinco» tiene a su vez cinco letras, coincidencia que no se registra en ningún otro número.
El término «corrección» tiene dos letras dobles.
Las palabras «ecuatorianos» y «aeronáuticos» poseen las mismas letras, pero en diferente orden. A esto se le llama anagrama.
Con 23 letras, se ha establecido que la palabra «electroencefalografista» es la más extensa de todas las aprobadas por la Real Academia Española de la Lengua.
Con nueve letras, «menstrual» es el vocablo más largo con solo dos sílabas.
«Mil» es el único número que no tiene ni o ni e.
La palabra «pedigüeñería» tiene los cuatro firuletes que un término puede tener en nuestro idioma: la virgulilla de la ñ, la diéresis sobre la ü, la tilde del acento y el punto sobre la i.
La palabra «euforia» tiene las cinco vocales y solo dos consonantes.
La palabra «oía» tiene tres sílabas en tres letras.
La palabra «argentino» solo puede ser transformada en ignorante (otro anagrama). Por suerte, el calificativo no es aplicable a la totalidad de los nativos.