lunes, 17 de diciembre de 2012

Cuento inédito de Hans Christian Andersen



Mucho antes de publicar sus cuentos: "La Sirenita", "El Patito Feo" o "La Pequeña Cerillera", el escritor danés Hans Christian Andersen escribió a los dieciocho años la historia de una vela que  no hallaba su lugar en el mundo, hasta que una caja de cerillas acude a su rescate, iluminándola y dándole sentido a su existencia.
Este relato corto ha estado inédito durante más de dos siglos hasta que se ha podido encontrar en los archivos familiares.
Un hallazgo que ha sido calificado de sensacional en su patria natal, y creo que también a todos los que crecimos con los cuentos de Andersen.
Disfruten de su lectura.

LA VELA DE SEBO


Hervía y bullía mientras el fuego llameaba bajo de la olla, era la cuna de la vela de sebo, y de aquella cálida cuna brotó la vela entera, esbelta, de una sola pieza y un blanco deslumbrante, con una forma que hizo que todos quienes la veían pensaran que prometía un futuro luminoso y deslumbrante; y que esas promesas que todos veían, habrían de mantenerse y realizarse.
La oveja, una preciosa ovejita, era la madre de la vela, y el crisol era su padre. De su madre había heredado el cuerpo, deslumbrantemente blanco, y una vaga idea de la vida; y de su padre había recibido el ansia de ardiente fuego que atravesaría médula y hueso… y fulguraría en la vida.
Sí, así nació y creció cuando con las mayores, más luminosas expectativas, así se lanzó a la vida. Allí encontró a otras muchas criaturas extrañas, a las que se juntó; pues quería conocer la vida y hallar tal vez, al mismo tiempo, el lugar donde más a gusto pudiera sentirse. Pero su confianza en el mundo era excesiva; este solo se preocupaba por sí mismo, nada en absoluto por la vela de sebo; pues era incapaz de comprender para qué podía servir, por eso intentó usarla en provecho propio y cogió la vela de forma equivocada, los negros dedos llenaron de manchas cada vez mayores el límpido color de la inocencia, que al poco desapareció por completo y quedó totalmente cubierto por la suciedad del mundo que la rodeaba, había estado en un contacto demasiado estrecho con ella, mucho más cercano de lo que podía aguantar la vela, que no sabía distinguir lo limpio de lo sucio… pero en su interior seguía siendo inocente y pura.
Vieron entonces sus falsos amigos que no podían llegar hasta su interior, y furiosos tiraron la vela como un trasto inútil.
Y la negra cáscara externa no dejaba entrar a los buenos, que tenían miedo de ensuciarse con el negro color, temían llenarse de manchas también ellos… de modo que no se acercaban.
La vela de sebo estaba ahora sola y abandonada, no sabía qué hacer. Se veía rechazada por los buenos y descubría también que no era más que un objeto destinado a hacer el mal, se sintió inmensamente desdichada porque no había dedicado su vida a nada provechoso, que incluso, tal vez, había manchado de negro lo mejor que había en torno suyo, y no conseguía entender por qué ni para qué había sido creada, por qué tenía que vivir en la tierra, quizá destruyéndose a sí misma y a otros.
Más y más, cada vez más profundamente reflexionó, pero cuanto más pensaba, tanto mayor era su desánimo, pues a fin de cuentas no conseguía encontrar nada bueno, ningún sentido auténtico en su existencia, ni lograba distinguir la misión que se le había encomendado al nacer. Era como si su negra cubierta hubiera velado también sus ojos.
Mas apareció entonces una llamita: un mechero; este conocía a la vela de sebo mejor que ella misma; porque el mechero veía con toda claridad -a través incluso de la cáscara externa- y en el interior vio que era buena; por eso se aproximó a ella, y luminosas esperanzas se despertaron en la vela; se encendió y su corazón se derritió.
La llama relució como una alegre antorcha de esponsales, todo estaba iluminado y claro a su alrededor, e iluminó al camino para quienes la llevaban, sus verdaderos amigos… que felices buscaban ahora la verdad ayudados por el resplandor de la vela.
Pero también el cuerpo tenía fuerza suficiente para alimentar y dar vida al llameante fuego. Gota a gota, semillas de una nueva vida caían por todas partes, descendiendo en gotas por el tronco cubierto con sus miembros: suciedad del pasado.
No eran solamente producto físico, también espiritual de los esponsales.
Y la vela de sebo encontró su lugar en la vida, y supo que era una auténtica vela que lució largo tiempo para alegría de ella misma y de las demás criaturas. 
HANS CHRISTIAN ANDERSEN

jueves, 6 de diciembre de 2012

John Creasy, autor prolífico

Jhon Creasy fue un escritor inglés que publicó, en cuarenta años de carrera literaria, más de 600 libros y utilizó 28 seudónimos para no colapsar las librerías con su nombre.
A pesar de la cantidad de obras que publicó, casi todas ellas tuvieron una calidad alta y se llevaron a la pantalla grande muchos de sus libros. 
Su primera novela salió a la luz en el año 1930, después de recibir varios rechazos de editoriales. Y la primera novela policíaca, dos años más tarde: "Siete veces siete".
Fue en el año 1935 cuando dejó su trabajo como empleado en una tienda de comestibles, y se dedicó de lleno a la literatura consiguiendo un récord casi insuperable por los escritores de hoy en día: publicar en un solo año: 29 libros.


Libros románticos, policíacos, de aventuras, del oeste... Se atrevía a tocar todos los palos y siempre con un amor por la literatura y una rapidez en preparar sus manuscritos, que en una ocasión declaró en una entrevista que podía ser encerrado en una caja de vidrio y componer un libro entero.
Jhon Creasey escribía siempre a mano, y tardaba unos diez días en redactar un borrador. Luego, lo revisaba un par de veces, lo dejaba leer a algunos críticos y enseguida lo mandaba a la editorial que lo publicaba nada más recibir el nuevo libro de Creasey.
Creó al personaje John "The Baron" Mannering, comerciante de antigüedades de Londres, detective aficionado y agente secreto al servicio de Inteligencia Británico. Fue llevado al cine con gran éxito, protagonizado por Steve Forrest en el año 1960.
En 1962 ganó el premio Edgar a la mejor novela: "El fuego de Gedeón" escrito con uno de sus seudónimos, Marric J.J.
En 1969 recibió uno de los grandes premios en la Literatura: El MWA, el premio Gran Maestro.
Fue el creador de la Asociación de Escritores del Crimen (CWA) en el Reino Unido. Después de su muerte, esta asociación sigue vigente y premiando a autores inéditos.
Fue galardonado con el Miembro de la Orden del Imperio Británico (MBE) durante la Segunda Guerra Mundial.
Todo un ejemplo para aquellos escritores que se atascan con sus novelas, y que, viendo la facilidad de Creasey en cómo creaba sus novelas, hace que casi todos los autores puedan pensar que tienen un fuerte bloqueo creativo, comparado con este escritor prolífico que falleció en 1973.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Expresiones Lingüísticas


DE DÓNDE VIENEN NUESTRAS EXPRESIONES:

ANCHA ES CASTILLA: Obrar con total libertad. En los tiempos de la Reconquista, los desolados campos castellanos eran el sitio perfecto para iniciar un negocio.
 EL BAILE DE SAN VITO: Enfermedad infecciosa convulsiva que afecta a los niños. Se rezaba a este santo, que también sufrió convulsiones, implorando la curación.
 EL CHOCOLATE DEL LORO: Una familia aristocrática que quiso reducir gastos llegó a la conclusión de que sólo se podía ahorrar la ración de chocolate del loro.
 EL PATIO DE MONIPODIO: En Rinconete y Cortadillo, de Cervantes, el jefe del hampa sevillana recibía allí a los nuevos ladrones.
 ENTRE PINTO Y VALDEMORO: Hace siglos en Madrid se bebía vino de las localidades de Pinto y Valdemoro. La expresión significa estar indeciso (al elegir entre los dos vinos) o borracho (elegir los dos).
 ESTAR A LA LUNA DE VALENCIA: El dicho se aplicaba antiguamente a la gente que tenía que dormir fuera de las murallas de la ciudad por llegar tarde.
 ESTAR EN BABIA: La comarca leonesa de Babia era el lugar al que iban los reyes de León a descansar. Cuando el rey estaba en Babia, no quería saber nada de la corte.
 ¡ESTO ES JAUJA!: Es el nombre castellano de un Valle andino conquistado por Pizarro en lo que hoy es Perú, famoso por su clima benigno y la riqueza de su suelo.
 GATO ENCERRADO: Los gatos eran bolsas para guardar el dinero que se llevaban encerradas, es decir, ocultas entre la ropa. 
IRSE DE PICOS PARDOS: Antiguamente la ley obligaba a las prostitutas a vestir un jubón con picos o ribetes de color pardo.
 LA CARABINA DE AMBROSIO: Era un bandolero andaluz del siglo XIX, tan inofensivo que su carabina ni siquiera tenía pólvora.
 LA CUADRATURA DEL CÍRCULO: Famoso problema irresoluble que, sin embargo, generó en el pasado abundante literatura.
 LA SOPA BOBA: La que daban a los pobres en los conventos. Hoy, vivir de la sopa boba es llevar una vida a expensas de otros.
 LLEVAR AL HUERTO: Se dice desde que la Celestina consiguió llevar a Melibea al huerto en que esperaba Calixto.
 LLORA COMO MUJER LO QUE NO HAS SABIDO DEFENDER COMO UN HOMBRE: Dijo en 1492 la madre de Boabdil a su hijo, cuando éste lloraba al contemplar por última vez Granada, ya en manos de los Reyes Católicos.
 LOS AMANTES DE TERUEL: Leyenda del siglo XIII que narra el amor imposible entre Juan Diego Martínez de Marcilla e Isabel de Segura. Varios autores, como Tirso de Molina, la recogieron en sus obras. Se suele añadir la coletilla "tonta ella y tonto él".
 MÁS "CORNÁS" DA EL HAMBRE: Respuesta del torero Manuel García, El Espartero, cuando le preguntaban si no temía arriesgarse tanto en la plaza. Murió de una mala corná.
 MÁS FEO QUE PICIO: En el siglo XIX, Picio fue un zapatero granadino condenado a muerte que, de pronto, fue indultado. De la impresión, perdió pelo, cejas y pestañas y se convirtió en paradigma de fealdad.
 MENOS LOBOS: Un andaluz llamado Pinto decía haber visto una manada de l00 lobos. Sin creer el relato, sus amigos le decían "¡Menos lobos, tío Pinto!". El hombre fue rebajando la cifra hasta reconocer que sólo había visto la cola de un animal.
 MOROS EN LA COSTA: Divulgaron el dicho las milicias populares que se dedicaban a frenar los ataques de los piratas berberiscos.
 ¡NARANJAS DE LA CHINA!: Se usa para negar lo que otro acaba de afirmar. Viene de la época en que el pueblo no creía que las naranjas procedieran de tan lejano lugar.
NO SE GANÓ ZAMORA EN UNA HORA: Se ganó en siete meses. Los que estuvo la ciudad asediada por Sancho II, que fue traicionado al final por Bellido Dolfos. La ciudad volvió a manos de la reina Doña Urraca.
 PARÍS BIEN VALE UNA MISA: Se supone que lo dijo el rey francés Enrique IV (1553-1610), en el momento de convertirse al cristianismo para poder ganar el trono.
 PASAR UNA NOCHE TOLEDANA: No poder dormir, según Covarrubias, porque en Toledo, en tiempo de verano, los mosquitos persiguen a los forasteros, que no están prevenidos de remedios como los demás.
 PELAR LA PAVA: Una dueña andaluza mandó a su criada desplumar una pava. Ésta, junto a la reja de una ventana, lo hacía a la vez que hablaba con su novio.
 POR LOS CERROS DE ÚBEDA: Femando III el santo esperaba a un caballero que iba a ayudarle con sus huestes a tomar, la ciudad jienense. Este, con pocas ganas de guerra, llegó tras la conquista diciendo que se había perdido por los cerros.
 PONER UNA PICA EN FLANDES: Se dice cuando algo resulta muy difícil de lograr. En tiempos de Felipe IV era casi imposible encontrar reclutas que quisieran alistarse en los Tercios de Flandes y que, por tanto, tomaran la "pica" o lanza de los soldados.
 QUEDARSE SIN BLANCA: La blanca era una moneda castellana de plata, acuñada por primera vez en tiempos de Pedro I (1334-1369).
 QUIÉN FUE A SEVILLA PERDIÓ SU SILLA: En el siglo XVI, el arzobispo de Sevilla cambió su puesto a su sobrino, arzobispo de Santiago, que era incapaz de dominar la ciudad gallega. Cuando quiso volver a su tierra, el sobrino se negó a cederle su puesto.
 ROMA NO PAGA TRAIDORES: En el siglo II a.C., el cónsul Marco Pompilio sobornó a los enviados de Viriato y logró matar al rebelde, pero nunca pagó a los traidores. 
ROMPER UNA LANZA: Se supone que a favor de alguien. Así hacían los caballeros en las justas medievales para defender el honor de otra persona.
 SABER MÁS QUE EL MAESTRO CIRUELO: Célebre preceptor de Felipe II y catedrático de Teología en Alcalá de Henares.
 SALGA EL SOL POR ANTEQUERA: Se usa para mostrar despreocupación por el asunto. En la toma de Granada, en 1491, se decía como equivalente a "salga el sol por donde salga". El sol no sale por Antequera, que está al oeste de Granada.
 ¡SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA!: Grito de guerra español. Se dice que Santiago apóstol dirigió a los cristianos en la batalla contra Abderramán II. Cerrar, en castellano antiguo, era embestir, atacar al enemigo.
 SE ARMÓ LA DE SAN QUINTÍN: En esta batalla (1557), el Ejército español entró en Francia desde Flandes y aniquiló al francés, pero perdió a la vez muchos hombres. 
TODOS A UNA COMO EN FUENTEOVEJUNA: Como relató Lope de Vega, en este pueblo cordobés la gente se unió para matar al Comendador, autor de muchos agravios.
 ¡VIVA LA PEPA!: Grito de los liberales aludiendo a la Constitución de 1812, aprobada el 19 de marzo (San José), cuando los franceses prohibieron vitorearla en público.