viernes, 2 de abril de 2021

REDUNDANCIAS QUE SE PUEDEN EVITAR

 


El español es un idioma muy redundante. Todas las lenguas lo son, en menor o mayor medida; sin embargo, no todas las redundancias son incorrectas.

La redundancia es el uso innecesario de una o más palabras que se añaden a una oración con la idea de hacerla más clara, pero no aporta expresividad ni añade nada nuevo al significado de la frase. En resumen: se repite de forma distinta lo ya dicho. La redundancia no cumple ninguna función; por eso su uso no está justificado. Son censurables y deben evitarse. Ejemplos:

El Mundo, 19 de octubre de 2012
Años de edad. Una de las acepciones de año es ‘edad, tiempo vivido’.
Persona humana. Una persona es un individuo de la especie humana’.
Prever con antelación. Prever es ‘ver con anticipación’.
Mendrugo de pan. Un mendrugo es un pedazo de pan duro o desechado’.
Volver a insistir: Insistir significa ‘repetir o hacer hincapié en algo’.
Losa de piedra. Una losa es una ‘piedra llana’.
Añadir/agregar despuésNo se puede añadir/agregar antes.
Progresar positivamente. Progresar implica positividad; significa ‘avanzar, mejorar, hacer adelantos en determinada materia’.
Pequeña casita. El sufijo –ita tiene valor diminutivo. 
Nexo de unión. Nexo equivale a unión, lazo, nudo.


Magazine (El Mundo), 28 de octubre de 2012



Un pleonasmo también es la repetición de términos innecesarios, pero se considera correcto porque se usa como recurso expresivo con la intención de dar más fuerza, viveza o espontaneidad a la expresión. José Martínez de Sousa nos ofrece estos ejemplos de pleonasmos admisibles:

Subir arribabajar abajosalir fuera (o afuera), entrar dentro (o adentro), volar por los aires, caer escaleras abajo, subir hacia el cielo, verlo con los propios ojos, a nosotros nos gustaría, nunca jamás. Ya sabemos que el acto de subir, por propia definición, solo puede ser hacia arriba, como bajar es para abajo, entrar es dentro (entrar fuera sería un disparate), se ve con los propios ojos (no con los de un amigo que nos los ha prestado), nos gustaría nunca jamás, según el caso. Sin embargo, en todos esos ejemplos la redundancia, más o menos transparente, es necesaria para que el lenguaje no pierda fuerza y vigor.


Magazine (El Mundo), 14 de octubre de 2012


En muchos casos, la expresión ejemplo a seguir es evitable, ya que a seguir no aporta nada nuevo, pues un ejemplo se propone para que se imite y siga. Cuando queremos decir que el ejemplo se debe evitar, podemos decir mal o pésimo ejemplo.



Ciertos autores consideran correctas algunas redundancias que otros condenan. Esto se debe a que la frontera entre pleonasmo y redundancia a veces es difusa. De hecho, algunos estudiosos del lenguaje, como el sabio maestro Martínez de Sousa, no establecen diferencias entre redundancia y pleonasmo.



Extraído del blog Con propósito en enmienda

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