sábado, 8 de junio de 2019

USO DE LA VERSALITA


La versalita, como su nombre indica, no es otra cosa que una versal pequeña. Por su tamaño, la letra puede ser minúscula, versalita, seudoversalita y mayúscula (o versal). Una versalita tiene el dibujo de una mayúscula, pero el tamaño aproximadamente de la minúscula.
Minúscula, versalita y mayúscula (foto del MELE)
       La mayúscula recibía el nombre de versal por la antigua grafía según la cual se escribía con mayúscula inicial la primera palabra de cada verso. Esta grafía ya ha caído en desuso, al igual que su nombre, sinónimo de mayúscula. La mayúscula pequeña, la «mayusculita», es la llamada versalita.


 Versalitas y seudoversalitas

      La versalita es, así pues, una mayúscula pequeña, del tamaño aproximado de una minúscula. Para que se trate de una versalita verdadera, las astas de la letra deben tener las mismas dimensiones en anchura que la correspondiente mayúscula. Dice Sousa en el OOTEA que «esto dota a la versalita de una rara hermosura». La seudoversalita, por su parte, se obtiene por la simple reducción de la mayúscula, de un 75 a 82 % aproximadamente de su tamaño original, donde se reduce todo: altura y anchura. Eso es lo que hago yo aquí, en este blog gratuito, y me tengo que conformar hasta que aprenda a poner versalitas verdaderas (si alguien sabe cómo, que me deje un comentario y se lo agradeceré eternamente). Frente a la «rara hermosura», lo que yo uso es una «letra canija y estrecha». Cierto es.


Arriba: versalitas; abajo: seudoversalitas.
Se observa que las astas de las versalitas son más anchas que las de las seudoversalitas
(foto de la Wikilengua)
 

Usos de la versalita
      
      El uso de la versalita se recomienda en varios casos, pero me centraré en los más habituales, los que yo creo que puedes necesitar. Todos los usos de la versalita los encuentras en el OOTEA de Martínez de Sousa.

1. En los apellidos de los autores en las bibliografías.





2. En los apellidos en las firmas de prólogos, artículos, poesías, citas, lemas, etc.



Firma del prólogo del Manual básico de lexicografía (¡y salgo hasta yo!)



3. Los apellidos de los autores citados en los índices alfabéticos (aunque también pueden escribirse con minúsculas), siempre que el índice onomástico no esté separado del de materias.


En un índice alfabético, los apellidos pueden ir en versalitas...
... pero en un índice onomástico, no.


4. Las cifras romanas, siempre que la palabra que antecede esté escrita con minúscula inicial, como los siglos, volúmenes, tomos, etc.: en «siglo XXI» las cifras se escriben con versalitas, frente a «Luis XVI», con mayúsculas. Así se regulan alturas y queda todo más equilibrado visualmente.

5. Las siglas. Tradicionalmente, las siglas se escribían con mayúsculas y puntos: O. N. U., con espacios, o O.N.U., sin ellos. Posteriormente se eliminaron los puntos y, en su caso, los espacios: ONU. En la actualidad, por la falta de estética que presenta un texto en el que haya siglas, la norma es escribir las siglas en versalitas: ONU. Las mayúsculas resaltarían excesiva e innecesariamente en el texto, y no hay ninguna justificación para ello. 
Si hubiera letras minúsculas, estas se respetan.

6. Las palabras Cuadro, Tabla, Figura que se colocan como antetítulo en los cuadros, tablas o figuras correspondientes.

Foto tomada del MELE



¿Cómo escribo en versalitas?


      En Word, las versalitas se encuentran en el cuadro de diálogo Fuente, apartado de Efectos. En teoría, se entra ahí y se marca y se desmarca para escribir en versalitas.


      Quizá la opción más sencilla sea sacar el botón al menú Inicio: si lo pulsas, escribes en versalitas; si seleccionas un texto y luego lo pulsas, lo conviertes a versalitas. Yo lo tengo aquí, al lado del de cambiar mayúsculas y minúsculas, ya que, por lo general, en los textos que corrijo me encuentro mayúsculas que hay que cambiar por versalitas. Para ello, hay que ponerlo primero en minúsculas, por lo que es muy útil tener los dos botones juntos.



      Espero haberte ayudado. Si necesitas más información sobre el uso de las versalitas, la tienes en la Ortografía y ortotipografía del español actual, de Martínez de Sousa.
 
Información del blog Con corrección

miércoles, 29 de mayo de 2019

Echar /Hechar ¿Con H o sin ella?



Echo, echa, echas / hecho, hecha, hechas
Todas las formas del verbo echar (que significa, a grandes rasgos, ‘tirar’, ‘poner o depositar’ y ‘expulsar’) se escriben sin h:
Siempre echo los papeles a la papelera.
Si echas más sal al guiso lo estropeas.
Hay que echar la carta al buzón.
Tienes suerte si no te echa de aquí ahora mismo.
El verbo echar forma parte de la locución echar de menos, que significa ‘añorar’:
Te echo de menos.
¿Me habéis echado de menos?
O de la locución echar a perder, que significa ‘estropear’:
Siempre lo echas todo a perder.
También de la perífrasis echar a + infinitivo, que indica el comienzo de la acción expresada por el infinitivo:
Siempre se echa a reír en el momento más inoportuno.
Casi me echo a llorar.
  Aunque se pronuncian igual, no deben confundirse en la escritura las formas echo, echas, echa, del verbo echar, que se escriben sin h, y las formas hecho, hecha, hechas, del participio del verbo hacer, que se escriben con h, al igual que el sustantivo masculino hecho (‘cosa que se hace o que sucede’), tanto cuando se utiliza como tal, como cuando forma parte de la locución de hecho (‘efectivamente, en realidad’):
¿Has hecho lo que te dije?
Aunque iba con prisa, dejó hecha la cama.
Ya están hechas las tortillas.
El hecho es que hemos solucionado el problema.
Quería olvidarla. De hecho, intenté no volver a verla.

viernes, 24 de mayo de 2019

Truco para escribir más rápido la raya de diálogo

Aprende a diferenciar entre raya (—) y guion (-)

Uno de los errores más frecuentes en los diálogos es el uso del guion (-) cuando deberíamos utilizar la raya (—), también llamada «guion largo» o «menos». Para escribir una raya en la mayoría de los teclados no tienes más que pulsar CTRL + ALT + – (el símbolo de resta que aparece en tu teclado numérico, que está a la derecha).
 
 
 

jueves, 16 de mayo de 2019

Corrección profesional


El 95 % de los manuscritos que se envían a agentes y editores contienen, en mayor o menor medida, faltas de ortografía o tipografía. Cuando un lector profesional se encuentra con varios acentos omitidos, alguna falta más o menos grave, omisiones o reiteraciones, no continuará leyendo. Es como cuando el profesor nos decía: «a la segunda falta no sigo corrigiendo el examen». Y tiene su lógica, claro que sí: cuando un lector responsable de la valoración de obras de cara a su posible publicación se encuentra con varias faltas de ortografía, por leves que sean, se da perfecta cuenta de que el ilusionado escritor ha leído muy poco y difícilmente estará capacitado para escribir una obra digna de ser publicada.
Lamentablemente, los correctores informáticos que se incluyen en la mayoría de los procesadores de textos no realizan una corrección pormenorizada de los textos (en ocasiones pueden incluso empeorar las cosas), mucho menos se encargan de que la tipografía (comillas españolas, inglesas, guiones, etc.) esté colocada donde tiene que estar y de acuerdo con las reglas estandarizadas a tal fin.
Consejo: No presente una obra a editoriales ni agentes si previamente no ha sufrido una exhaustiva corrección de su texto.
Describimos los tipos de corrección que debe aplicarse a una obra:
TIPOS DE CORRECIÓN
Corrección ortográfica.- El texto sufre una revisión profunda de la ortografía sin entrar en aspectos tipográficos. El corrector, al concluir su trabajo, enviará el texto corregido con los cambios detallados con objeto de que proceda a su validación.
 ■Corrección tipográfica.- En este caso, el escritor solo encomienda a un profesional la completa revisión de los caracteres tipográficos, dando por sentado que no requiere corrección ortográfica alguna.
Corrección ortotipográfica.- Se trata, evidentemente, de una combinación de las anteriores en las que un experto corrector se las entiende tanto con la ortografía como con la tipografía, realizando un completo examen que incluyen los cambios pertinentes. Más tarde, el autor de la obra podrá controlar los cambios realizados mediante el cotejo de la hoja de control de cambios.
Corrección de estilo.- Solo apta para profesionales muy veteranos, la corrección de estilo tiene como objetivo enriquecer los textos en base a una serie de parámetros entre los que se encuentran la riqueza léxica, la fuerza narrativa, mejora en las descripciones o agilización de los diálogos. Todo ello, por supuesto, respetando el contenido de la obra.
Desde Editorial C&M le recomendamos encarecidamente que, una vez concluida su obra, la deje en manos de profesionales correctores para que la ultimen en todo su esplendor. Es la mejor manera de presentarla ante editores y agentes y de aumentar significativamente las probabilidades de su publicación tras el visto bueno de los lectores profesionales de estos medios. No hacerlo puede significar el rechazo continuado, editor tras editor, o el silencio prolongado de los profesionales de la publicación tras el envío del manuscrito.
Nuestros servicios de corrección abarcan tanto la corrección ortográfica como la tipográfica y la de estilo, todas ellas realizadas por expertos correctores que trabajan para muchos sellos editoriales españoles.
Solicítenos información.

lunes, 6 de mayo de 2019

Promoción emisora radio


Se trata de una promoción que ofrecemos a todos los escritores para hablar de su obra en una emisora de radio online y que se convierte en un medio más para poder difundir su trabajo.
Realizamos una entrevista personal de media hora de duración con preguntas sobre la obra publicada, teatralización de un texto que elija el autor, preparado con efectos sonoros para atraer a los oyentes y poder adquirir el libro, y nombramos en varias ocasiones a la editorial que lo publicó.
Las entrevistas las podemos realizar en nuestros estudios ubicados en Sevilla, o bien a través del teléfono si no pueden desplazarse a nuestra ciudad.
Una oportunidad de salir en la radio y poder escuchar en iVoox y descargar de forma gratuita el programa para siempre.
Lo emitimos en directo en una emisora online a las 12.00 del mediodía y en redifusión hasta en tres ocasiones más.
Le damos el programa al autor para que lo pueda difundir en las redes sociales y finalmente lo subimos a la plataforma iVoox para que se pueda escuchar siempre a la hora que se desee y descargarlo las veces que se quiera de forma gratuita.
En definitiva, una promoción que funciona como un escaparate en todo el mundo y que nos visitan en la radio 119 países con unas cinco mil visitas mensuales.
A continuación, os paso algunos enlaces para que podáis escuchar algunas de las entrevistas que ya hemos realizado:


EN BUSCA DEL SOL (OLGA JARQUE)

EL VAGABUNDO (MARIANA MORENO)

ENTROPÍA (JESÚS TALÓN)

GALDÍN, EL RESURGIR DEL MAL (VÍCTOR VERA Y DANIEL CORDERO)


Si quieres más información, solo tienes que ponerte en contacto con nosotros y te informamos:

editorialcmsevilla@gmail.com

miércoles, 10 de abril de 2019

¿Junto o separado?


En esta entrada, vamos a intentar aclarar las confusiones más habituales sobre palabras que se escriben juntas o separadas, pero, por similitud con otras, o porque los correctores no las marcan como erróneas, se ven con demasiada frecuencia mal escritas.
 

  • "Sobre todo". El sobretodo es una prenda de vestir, por eso no lo marcan como erróneo los correctores cuando se pone junto y no nos referimos a ese significado. Lo correcto es:
"Me levanto con mucho sueño, sobre todo los lunes".
"No sabía que el sobretodo es una prenda de vestir".
  •  "Aparte". Para evitar confusiones, y porque la intención de este blog es proporcionar soluciones sencillas, bastaría con preguntarnos si tiene que ver con "apartar" o "apartado", y no con una porción de un todo (una parte). En general, se escribirá junto cuando se pueda sustituir por "además" o por "a un lado":
"Aparte (además) de ti, no conozco a otro taxista".
"Si no te gustan los guisantes, déjalos aparte (a un lado)".
Del mismo modo, si se puede incluir "una" entre "a" y "parte", se escribirá separado:
"La medida decepcionó a (una) parte de sus votantes".
"A (una) parte de la ortografía se le pueden aplicar reglas sencillas de recordar".
  •  "Entretanto". Cuando se usa como adverbio de tiempo (su uso más frecuente), se puede utilizar tanto junto como separado (aunque, personalmente, prefiero junto). Se puede sustituir por "mientras tanto".
"Ella lo esperaba, entretanto, él seguía intentando arrancar el coche".
"Ella lo esperaba, entre tanto, él seguía intentando arrancar el coche" .
En el caso de nombre masculino, como periodo de tiempo que transcurre entre dos hechos (uso muy poco frecuente), va junto:
"Estuvo esperándola, y en el entretanto, pudo mandar el mensaje".
Por último, existe la posibilidad de que "entre" y "tanto" sean palabras independientes. Se trata de cuando "tanto" se refiere a una magnitud, intensidad, comparación, etc. En ese caso, además de que admite género femenino y plural, se puede sustituir por "esa cantidad de" o similar:
"Entre tanto/s (esa cantidad de) participante/s (tanta gente), Juan pasaba desapercibido".
  • "En medio". Directamente, la palabra junta no existe, debiendo escribirse separado:
 "Siempre elegía el de en medio".
  • "Entremedias". A diferencia de la anterior, puede usarse junto o separado (mejor junto, ya que existe como tal):
"Mejor colocar el cenicero entremedias de los dos asientos". 
"Mejor colocar el cenicero entre medias de los dos asientos".
  • "Tal vez". Salvo en excepciones, en regiones de América, no está admitido junto. Ante la duda, pues, mejor separado: 
"Tal vez, deberías de replantearte la decisión".
  • "Sinrazón". Irá junto cuando actúe como sustantivo y, como tal, se podrá sustituir por otro sustantivo:
"No podía permitir tanta sinrazón (locura, irracionalidad, etc.)".
Si va separado, se puede poner "una" entre "sin" y "razón": 
"Se puso a gritar sin (una) razón aparente" .
  • "Sinsabores", "Sinnúmero". Es el mismo caso que la palabra anterior: 
 "Estaba curtido por los sinsabores (escollos, problemas, decepciones) que había tenido en su vida profesional".
"Eran unos platos sin (unos) sabores definidos".
"Tuvo que afrontar un sinnúmero (montón, una barbaridad) de problemas".
"La dirección del destinatario venía sin (el) número". 
  • "A bordo". Se escribe junto solo la primera persona del presente del verbo abordar: "yo abordo". Subirse a un buque es subir "a bordo". 
"El capitán fue el primero que subió a bordo".
"En cuanto venga el presidente lo abordo y le hago las preguntas". 
  • "Asimismo". El adverbio "asimismo" (se puede sustituir por "también") puede escribirse indistintamente junco o separado ("así mismo"), pero no hay que confundirlo con la expresión "a sí mismo" ("a él o ella"). 
"Asimismo / así mismo (también), se puede confiar en la otra ruta".
"No se daba cuenta de que se estaba haciendo daño a sí mismo (a él)".
 
  •  "Dar abasto". Significa no dar de sí lo suficiente, no poder con todo lo que tenemos que hacer. Se escribe junto "abasto" aunque separado, "a basto", no dará error en los correctores, puesto que ambas palabras existen y son correctas, aunque juntas no tengan ese significado.
     
"Desde que me encargaron de otro almacén más, no doy abasto con la contabilidad".

viernes, 5 de abril de 2019

Normas para corregir tu obra


Nadie se libra de cometer errores al escribir, por muy acostumbrados que estemos a hacerlo.

El mayor enemigo a la hora de corregir es uno mismo. El texto está en tu cabeza, y es frecuente no prestar atención al leer para corregir. Más que leer, ‘recitas’ mentalmente las palabras y das por hecho que se han escrito tal y como están en tu cabeza sin reparar en que algo puede fallar por el camino.
Así que el primero de los consejos para corregir un texto antes de publicarlo es obvio: presta atención. Pero hay más:

1. Pon toda tu atención en ello. Eso quiere decir que te olvides de las notificaciones del teléfono, que ignores los correos entrantes y cierres todas las pestañas de más en el ordenador. No es buena idea dejar el trabajo de corrección para el final del día, ni para momentos en los que estás cansado o agobiado.

2. Date tiempo para descansar y olvidarte del texto. El hecho de estar tan familiarizado con un texto es un impedimento al corregir. Lo conoces demasiado y tiendes a pensar que está todo bien.
Un truco sencillo es tomarse un descanso, cambiar de actividad y ponerse a corregir unas horas o incluso un día más tarde. Si desconectas del texto es más fácil verlo con nuevos ojos y detectar los errores.

3. Corrige sobre el papel. Esto es lo ideal, pero sería la ruina en tinta de impresora. Dejo a tu criterio cuándo imprimir y cuándo no. En este último caso, puedes intentar reproducir la sensación de leer en papel usando el modo de pantalla completa de tu editor de texto o de WordPress. Otro truco es cambiar el aspecto del texto en la pantalla, alterando el tipo de letra o cambiando el fondo.

4. Escribe bien sobre la marcha. Este no es un consejo para corregir mejor, sino para evitar hacerlo más de la cuenta. Algunas personas tienen a escribir mal sin detenerse a resolver dudas por miedo a ir más lento o perder la inspiración.
Nosotros somos partidarios del sistema contrario: intentar escribir perfecto, para luego evitar disgustos si en el momento de corregir no puedo encontrar todos los errores. Además, cuando has consultado la misma duda tres veces, esta se queda grabada. Es una forma seguir aprendiendo.

5. Corrige de más a menos. Antes de buscar errores de acentuación o puntuación, revisa la estructura global del texto y comprueba que sigue el orden más lógico. Después examina la estructura y puntuación de cada párrafo y, por último, corrige los errores que encuentres en las palabras.

6. Sustituye palabras repetidas. Usa la opción de ‘Buscar’ de tu procesador de textos para localizar todas las veces que has escrito una palabra, y cámbiala por otra cuando suene repetitivo.

7. Usa el corrector ortográfico con moderación. El corrector es fantástico, pero no deja de ser una máquina. No te fíes demasiado de ella.

8. Busca a los ‘sospechosos habituales’. A continuación voy a darte una lista de errores comunes para que no se te pasen por alto al corregir. Puedes personalizar esta lista: todos nos equivocamos de distinta forma.

  • Revisa que todos los nombres propios están bien escritos, y que las fechas y datos son correctos.
  • Corta frases y párrafos demasiado largos. Olvídate de palabras técnicas y complicadas, a no ser que el texto se enfoque a una audiencia con conocimientos específicos.
  • Busca cambios de persona injustificados: por ejemplo, empiezas escribiendo en primera persona del singular (yo), continuas en tercera del singular (él o ella) y luego vuelves a la primera del plural (nosotros). No todos los cambios de persona son incorrectos, pero pueden resultar confusos a veces.
  • Reduce el número de adverbios acabados en -mente. No hay nada malo en recurrir uno de estos adverbios de vez en cuando. Pero, usados regularmente, los adverbios acabados en -mente perjudican la lectura enormemente porque esta se desarrolla lentamente. Es una exageración, pero seguro que entiendes lo que quiero decir
  • Sustituye extranjerismos por palabras del español.
  • No pongas mayúscula donde no las hay. Los nombres de los meses y los días de la semana no van en mayúscula.
  • Evita palabras demasiado vagas, como “tema”, “cosa” o “bueno”. Si andas escaso de ideas, busca en un diccionario de sinónimos una palabra más precisa.
  • No pongas coma entre el sujeto y el verbo de una frase. Por ejemplo: “La chica de la camiseta roja, se ha olvidado el teléfono en la mesa”.
Espero que te hayan servido nuestros consejos para la corrección de vuestra obra antes de presentarla a una editorial.
Si deseas una corrección profesional, no dudes en contactar con nosotros.

editorialcmsevilla@gmail.com