martes, 22 de enero de 2013

EL TANGO DE LA GUARDIA VIEJA

Me acabo de leer "El Tango de la Guardia Vieja"  la última novela de Arturo Pérez Reverte.
 La inició en 1990, escribió cuarenta páginas, y la dejó abandonada hasta conseguir esa madurez para incluso tener casi la misma edad del protagonista, Max Costa, y terminar una obra brillante.
Es una novela cargada de romanticismo y narrada en diferentes perspectivas temporales donde nos presenta a unos personajes, que a pesar de ir saltando de distintos planos, se nos hace ameno, con una naturalidad y sin romper en ningún momento el fluir de la trama.
 Mechu Inzunza y su marido, Armando de Troeye, es una pareja que seduce a Max Costa, un bailarín mundano, del cual, éste último, se enamora de la mujer en tres lugares. Primero, en el año 1928, en un transatlántico que viaja rumbo a Buenos Aires, y en uno de los tugurios donde se gesta el título que se hace mención en el libro.
Treinta y cinco años después, en un hotel de lujo de Sorrento, donde coinciden de nuevo los protagonistas. El tercer encuentro nos retrotrae a Niza, en 1937, donde Max se reencuentra con Inzunza y vuelve a aflorar ese amor sensual como la primera vez.
Los personajes están muy bien perfilados, e incluso los secundarios, que con un par de pinceladas son descritos a la perfección.
Max Costa, bailarín profesional, ladrón de guante blanco, no deja de ser un pícaro del siglo XX. Un superviviente que renace de sus fracasos y que sigue amando a esa mujer que le encandiló en aquel precioso tango que bailaron por primera vez.
Mecha Inzunza es una mujer fatal que consigue que el amor que siente Max Costa por ella pueda poner en riesgo todo su futuro.
Novela de amor e histórica por los datos que vamos obteniendo del escritor de aquellos años: las ropas de marca, las costumbres, el lujo y la ostentación, y las intrigas que se ven sumidos, en medio de un torneo de ajedrez, entre Sokolov, el campeón ruso y el aspirante chileno, Keller.
Pérez Reverte creó un blog "Anotaciones de una novela", donde nos iba contando el esfuerzo de ir creando su último libro: los escenarios, los personajes, las intrigas, los detalles, y las dificultades que encontraba a medida que iba terminando su obra.
Estamos ante una novela de amor, un amor que ninguno de los protagonistas se niega a reconocer.
Un amor cargado de pasión y mucho sexo.
 Aunque el escritor no recurra a escenas descriptivas y groseras, hace que éstas sean tórridas gracias a un lenguaje muy trabajado.
Arturo Pérez Reverte ha realizado todo un trabajo de investigación de aquellos años donde se desarrolla la novela, además de, como hace con todas sus novelas, cuidar el léxico y las descripciones de manera magistral.
Quizá si hay que ponerle un pero a esta obra, es no tener una tensión en casi toda la trama, ya que se centra en el amor imposible de Mecha Inzunza y Max Costa, lo que hace que se nos haga un poco cuesta arriba a mitad de la novela, aunque va remontando a medida que vamos leyendo las últimas páginas.

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