jueves, 31 de enero de 2013

EL SECRETO DE SUS OJOS


La escena más emotiva es cuando Benjamín Espósito descubre el secreto de Ricardo Morales. Tiene encerrado al asesino de su esposa en un anexo de su casa de campo, y ha estado alimentándolo sin dirigirle la palabra durante 25 años.
La escena sólo tiene dos diálogos, el de Isidoro Gómez que nada más ver entrar a Espósito, le entra temor, ya que no ha visto a nadie en todo ese tiempo y se cobija en su verdugo; luego, se acerca a él, le quiere tocar porque no se lo cree y le dice susurrando:
-Por favor, dígale, pídale, que aunque sea me hable... por favor...
No es solo el encierro sino la incomunicación total a la que le tiene sometido, lo que no puede soportar el asesino.
Cuando Espósito fija su mirada en Morales, éste le dice:
-Usted dijo perpetua.
Y así cumple su venganza por haber perdido a lo que más amaba en este mundo: a Liliana Colotto, su esposa salvajemente asesinada.
Es la ley del Talión y por eso nos sobrecoge el castigo que le impone Morales al asesino. 
Una escena que queda grabada por mucho tiempo en nuestra memoria.

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