sábado, 16 de junio de 2018

Opinión de correctores



¿Y qué pasa cuando un autor descubre alguna errata en un texto cuya revisión ya ha pagado?
Pues sucede que… nadie es perfecto. En un mundo ideal, una novela o una tesis necesitarían por lo menos cuatro lecturas, a ser posible de cuatro pares de ojos diferentes, para llegar totalmente limpias a imprenta. Aun así, algún duende de la imprenta metería su mano perversa al final. Los correctores decimos que las erratas son las últimas en abandonar el barco. La errata que se escapó, esa cucaracha invencible, le duele al corrector más que al propio autor.
Carmen Palomo, correctora.

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