Durante los últimos años se ha producido un desprestigio de la ortografía, y un aumento de las faltas ortotipográficas. Muchas personas consideran la ortografía innecesaria e incluso aleatoria. Olvidamos que nace de la necesidad de dar ritmo a las lecturas, marcar las pausas y en definitiva facilitar la comprensión de un texto. La ortografía no es un rasgo diferencial, no es un valor añadido, es una norma que existe como parte de nuestro patrimonio. Un patrimonio que debemos tener en cuenta y cuidar más que nunca después de la aparición de las redes sociales, que se rigen por la instantaneidad y el tono informal.
Pero ¿qué son las faltas ortotipográficas? No es una profesión ni una fase dentro de la edición, solo una cuestión que requiere atención por parte de quien escribe. Según la RAE: Conjunto de usos y convenciones particulares por las que se rige en cada lengua la escritura mediante signos tipográficos. Se centra en los interlineados, el estilo de la tipografía, la jerarquización de títulos, sangrías, comillas, uso de citas, márgenes, espacios en blanco…
Pero ¿cuáles son los errores ortotipográficos más comunes? Te damos las claves para no cometer faltas ortotipográficas. Cada vez es más frecuente ver textos que prescinden de tildar las mayúsculas, aunque la norma ortográfica les afecta de la misma manera que a las minúsculas. Otro fallo que cometemos habitualmente es que no puntuamos correctamente detrás de los paréntesis. La norma dice que las frases entrecomilladas o entre paréntesis, deben puntuarse después de ese símbolo. Tampoco se pone nunca punto después de un signo de interrogación o de exclamación, pues se considera una redundancia. Con los puntos suspensivos tampoco se usa puntuación ni espacios. Otro rasgo importante de estos signos es que deben usarse ambos, tanto al principio como al final.
En el caso de los extranjerismos la diferenciación es mucho más relativa. Los que están españolizados sí se tildan pero no hace falta destacarlos, ni siquiera con cursiva. Ocurre lo contrario en el caso de los más recientes, que es recomendable no tildarlos y ponerlos en cursiva.
Otro error que estamos acostumbrados a ver en las publicaciones y al que casi nos hemos acostumbrado es el uso desmesurado de cursivas, negritas y subrayados. La finalidad de esos destacados es resaltar algún fragmento o palabra del texto pero abusar de estos recursos es muy perjudicial ya que dificulta la comprensión, distorsiona, y es muy antiestético.
Fuente: ABC
Debemos aprender a diferenciar el guion, el signo negativo y la raya, ya que la mayoría de las veces los utilizamos de forma aleatoria y sin reparar en qué recurso necesitamos. El signo menos se usa en temperaturas, cuentas aritméticas, fechas e intervalos numéricos, mientras que el guion se utiliza para separar palabras compuestas. La raya tiene dos casos muy concretos: aclaraciones y la representación de un diálogo de forma escrita.
En definitiva, nadie está exento de cometer algunas faltas ortotipográficas, ortográficas o gramaticales. Pero siempre debe haber un proceso de revisión que se encargue de resolver esos fallos.
Por eso os recomendamos que todos vuestros escritos sean revisados por un profesional de la corrección.
Si quieres preguntarnos, en nuestra editorial llevamos más de quince años en el mundo de la edición y hemos corregido más de 1500 obras.
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