Una persona que quiere dedicarse a escribir, por hobby o profesionalmente, tiene que ser consciente de que una de las bases del oficio es aprender a utilizar sus herramientas. Del mismo modo que quien quiere aprender a pintar tiene que familiarizarse con el uso de pinceles y saber distinguir entre óleos y acuarelas, y que quien quiere aprender a cocinar también tendrá que saber hacer un corte en juliana o cortar ajos en láminas, nosotros, las personas que escribimos, tenemos que aprender a usar bien nuestra materia prima: el lenguaje.
A todo el mundo se le puede escapar una falta, pero un texto que tiene varias, o muchas, no se disfruta cuando se lee. Recuerda que la ortografía y la gramática existen para que el lenguaje escrito se entienda bien, para no confundir una palabra con otra o para comprender una frase a la primera sin necesidad de leerla varias veces. En un texto sin faltas el lector puede centrarse simplemente en disfrutar la historia.
Estas son las faltas más comunes que suelo encontrar en los textos que reviso (en rojo las formas incorrectas).
Echa un vistazo para ver si las estás cometiendo. Si ves que cometes varias de ellas, lo que te recomiendo es que revises el uso de las reglas ortográficas (por medio de libros, webs o apps de ortografía) y que leas mucho, libros clásicos y premiados. La lectura es una manera sencilla y divertida de mejorar tu ortografía y tu redacción.
1-EL DE QUE
Uno de los reyes de los fallos gramaticales es el mal uso del «de que». Tanto usado incorrectamente cuando no debe usarse (*«Me llamó la atención de que no viniera») como, sobre todo, cuando no se usa en construcciones en las que, precisamente, es necesario: «me acordé DE QUE», «me di cuenta DE QUE». Me encuentro muchas veces, incorrectamente, «me di cuenta que» o «me acordé que».
Este es el truco para saber cuándo el “de que” es correcto y cuándo no:
Sustituye todo lo que haya detrás del verbo por la palabra “ALGO”. Si te suena bien sin necesidad de añadir un “de” antes del “algo”, es que el verbo NO necesita un “de que”.
2- LA COMA CRIMINAL
La coma entre sujeto y verbo (o entre verbo y objeto) fue llamada «coma criminal» por el lingüista peruano Alfredo Valle Degregori y es uno de los errores gramaticales más comunes que me suelo encontrar con diferencia.
Pedro, comió su bocadillo es un error. Lo correcto es Pedro comió su bocadillo. Y lo mismo ocurre cuando el sujeto es una frase subordinada completa: Lavar los platos por las mañanas era lo que más odiaba. Se escribe sin coma.
3-FALTA LA TILDE EN VERBOS EN PASADO
Otra de las faltas más llamativas, y corrientes, que me encuentro.
Si te acuerdas de cuando estudiabas en el cole las palabras agudas (con acento en la última sílaba, como París, vergel, pasión o aquí) siempre llevan tilde cuando terminan en -n, -s o vocal.
Y ese es el caso de muchos verbos en pretérito indefinido: llevó, acabé, sentí, miró, besé hablé, comió…
Y también de algunas formas en presente, como está (del verbo estar), que también suelo encontrarlo mucho sin tilde.
4-HECHO/ECHO
La diferencia entre el verbo «hacer» y el verbo «echar» es tan solo de una hache en algunas de sus formas:
«Nunca he hecho los deberes en inglés» y «Primero echo las cebollas a la sartén y luego corto los ajos».
El significado de ambos verbos es muy distinto y es importante recordar que «echar» (arrojar, lanzar, hacer salir algo o a alguien, etc.) también «echa la hache por la ventana», como me decían de pequeña para recordarlo.
5-«HUBIERON» PROBLEMAS, «HAN HABIDO» PROBLEMAS, «HABÍAN» PERSONAS
Lo correcto es: hubo problemas, ha habido problemas, hay personas.
El verbo haber en estos casos anteriores es impersonal (es decir, no tiene sujeto, como cuando decimos «hemos comido» o «han viajado»). “Personas” (o “problemas”) no es el sujeto de esta frase, sino el objeto directo, y el verbo concuerda siempre con el sujeto y no con el objetivo directo. Por lo tanto, el hecho de que ese nombre sea plural no hace que el verbo sea plural.
De la misma forma que tenemos «Álex compró dos balones» (y no «Álex compraron dos balones»), tenemos entonces «Hay 16 cajas de cerveza», «Había tres cuervos» o «Hubo personas que lloraron durante la película». En su forma impersonal, el verbo haber solo puede usarse en tercera persona singular: hay, hubo, habría y habrá.
6-SOBRETODO / SOBRE TODO
Un error muy frecuente que encuentro es escribir «sobretodo» en lugar de «sobre todo».
Escrito junto, «sobretodo» es sinónimo de “abrigo” (una palabra actualmente bastante en desuso en España). En cambio, la expresión más usual «sobre todo» se escribe separada, ya que es la suma de un adverbio «sobre» y el sustantivo «todo» y significa «principalmente, especialmente«.
«Me gusta sobre todo el helado de vainilla».
Un pequeño truco para saber cuándo usarlo separado puede ser sustituir «todo» por «todas las cosas» («Me gusta sobre todas las cosas…»).
7-MI/MÍ, TU/TÚ, EL/ ÉL
Estas formas homófonas (que suenan igual pero, en este caso, se escriben diferente) se diferencian tan solo por una tilde, o acento ortográfico… que tiene una importante razón de ser: muestra cuándo esas formas están siendo más acentuadas al hablar, en realidad.
Brevemente, explico la diferencia entre estas formas. Las acentuadas son todas pronombres personales: mí («Han traído un paquete para mí»), tú («Eres tú la persona que quiero»), él («No ha sido él, sino ella, quien ha conseguido el empleo»). Resumiendo: siempre se refieren a personas (o entes personalizados, como un perro protagonista de un cuento, por ejemplo).
En cambio, las no acentuadas son posesivos, como mi («Este es mi coche nuevo») o tu («Enséñame tu trabajo») o un artículo, el («El paraguas no apareció»). No se refieren directamente a personas sino que acompañan a un nombre (tu trabajo, mi coche, el paraguas).
La tilde ayuda a que, al primer vistazo, diferenciemos ambas en su forma escrita. En su forma hablada, las palabras con acento tienen, valga la redundancia, una acentuación más fuerte al hablar. Si quieres probarlo, lee en voz alta estas frases y compara: «Enséñame tu trabajo» y «Enséñame tú». O «El paraguas no apareció» y «Él no apareció».
8- «A PARTE»
Lo correcto es «aparte«. Irónicamente, ¡aparte se escribe siempre junto!
9-LOS PREFIJOS SIEMPRE JUNTOS Y SIN GUIÓN
Como escribía Berta Carmona en un antiguo artículo en este mismo blog, los prefijos se escriben unidos a la base léxica (cuando esta está formada por una sola palabra) sin espacio y sin guion intermedio: antibacteriano, copartícipe, expresidente…
La única excepción se produce cuando la base léxica está compuesta por más de una palabra, como los prefijos irán separados: ex director general, pro derechos humanos… Y se usará guion sólo si la palabra empieza por mayúscula o es un número: anti-Podemos, super-8 o cuando sea necesario para la correcta comprensión del derivado: ex-preso (alguien que ya no es presidiario) frente a expreso (tren de viajeros).
10-GUIONES DE DIÁLOGO (RAYAS) MAL COLOCADOS
Aunque esta no es una falta de ortografía per se, usar correctamente las rayas de los diálogos ayuda a que el lector no se confunda y pueda disfrutar el escrito. En este capítulo se encuentran siempre muchos errores.
- Diálogos que usan guión corto (-) en lugar de raya, que es lo correcto tipográficamente (–)
- Acotaciones o incisos separados por comas en lugar de rayas (–He llegado a casa a las diez, dijo Elena)
- Rayas colocadas al final de la acotación, cuando ya no son necesarias (–He llegado a casa a las diez– dijo Elena–)
11- AÚN/AUN
La versión acentuada de este homófono, aún, se utiliza como sinónimo de «todavía»: son completamente intercambiables, y puede ser un buen truco para saber cuándo acentuarla.
La versión no acentuada, «aun» es sinónimo de «incluso» o «ni siquiera».
Lo mismo que comentaba sobre las diferencias entre tú/tú y mí/mi, puedes leer en voz alta un par de ejemplos para notar por qué una de las formas lleva acento ortográfico: «No iré a la fiesta aún, es demasiado pronto» / «No iré a la fiesta, ni aun cuando venga a recogerme Cristina».
12- LA COMA ASESINA
Si la anterior falta de coma se suele llamar «la coma criminal», a esta la llamo yo la «coma asesina»: esa que, si falta, puede incluso matar a alguien. Con unos ejemplos lo veremos más claro. No es lo mismo decir:
–Vamos a comer, niños (alguien llama a los niños para comer)
Que:
–Vamos a comer niños (una persona le dice a otra que quiere comer niños).
Y este error ortográfico es de lo más habitual a la hora de escribir diálogos. Recuerda que, siempre, cuando un personaje se dirige en un diálogo a otra persona, por su nombre o apelativo, este siempre va entre comas.
–No lo entiendo, querida, ayer estaba bien.
–Siéntate, Pedro, quiero hablar contigo.
13- «NI SI QUIERA»
No puedo decir cuántas veces me encuentro estas formas escritas separadas, cuando lo correcto es la forma junta: ni siquiera.
14- PORQUE/ POR QUÉ, PORQUÉ
La confusión entre estas diferentes formas suele ser una pesadilla para el escritor que empieza. Dejo aquí algunas claves (y, como siempre, leer o pronunciar en voz alta nos puede dar muchas pistas de cuál es la forma correcta, si no nos acordamos).
- Porqué: sustantivo. Suele ir acompañado de artículo o posesivo: «Nunca entendí el porqué de sus acciones»
- Porque: conjunción causal, que introduce una frase subordinada explicando la causa de algo: «Hemos llegado tarde porque el autobús se estropeó»
- Por qué: se usa en oraciones interrogativas (directas e indirectas): ¿Por qué no me habías dicho que era tu cumpleaños? No entiendo por qué no me dijiste que era tu cumpleaños.
15-CONTRA MÁS
Horrorosa expresión mal escrita, que no es correcta en absoluto, y que se lee muchísimo, incluso en periódicos y blogs. Lo correcto es “cuanto más” o «cuanto menos», nunca «contra más» o «contra menos».
16- USAR GUIONES EN EL PENSAMIENTO DE LOS PERSONAJES
Aparecen mucho también en los escritos que reviso guiones a la hora de remarcar el pensamiento de los personajes: es un error tipográfico, ya que, en español, solemos marcar los diálogos con el uso de guiones largos o rayas; para que no se confundan con los pensamientos es importante que usemos otra forma de señalarlos.
Lo habitual suele ser utilizar comillas: «¡Qué tontería más grande!», pensó Marcos.
En cambio, en los pensamientos indirectos no usamos ningún tipo de marca.
17- NO USAR MAYÚSCULA TRAS EL PUNTO
Fíjate qué tontería de falta… y, sin embargo, es mucho más común de lo que parece y afea un texto mucho más de lo que creemos. Tras un punto, como he hecho yo ahora, nuestra siguiente palabra debe comenzar en mayúscula. No es más que una forma de resaltar esa pausa larga que es el punto y que no se nos pase por alto.
18-SINO / SI NO
También es muy común confundir la palabra «sino» con la expresión «si no».
Sino: como sustantivo, es sinónimo de «destino» («¿Qué puedo hacer? Es mi sino»). Como conjunción, «sino» introduce una variante a un elemento dado: «No es Teresa, sino Luisa, quien se encargará de la revisión», «No es blanco, sino negro».
Si no: En este caso, se trata de la unión de la conjunción condicional «si», que abre el inicio de una frase condicional, y la partícula negativa «no». «Si no vas al trabajo, te despedirán».
Un truco para diferenciar esta forma de las anteriores rápidamente es eliminar el «no»: seguirá quedando una frase gramaticalmente correcta («Si vas al trabajo, te despedirán») mientras que en los otros casos, será una frase que no tendrá ningún sentido: «¿Qué puedo hacer? Es mi si» o «No es blanco, si negro»
19- SI / SÍ : SI QUIERO, SÍ, QUIERO
Y antes de que alguien piense que la última frase del ejemplo anterior puede ser correcta… cuidado, no es así; sería correcta en el caso de que hubiésemos escrito: «No es blanco, sí negro».
Porque «si» sin acentuar nunca indica, no puede indicar, afirmación. El «si» no acentuado es únicamente el condicional. El afirmativo, el «sí» contrario al «no», siempre va acentuado.
Y, de nuevo, si leemos en voz alta dos frases similares con ambas versiones notaremos la diferencia de énfasis, que es lo que señala el acento en la versión escrita: «¿Antonio? Ese sí viene esta noche a la fiesta» y «¿Antonio? Ese si viene esta noche a la fiesta llegará tarde, ya verás».
Usar correctamente la tilde ayuda a que el lector comprenda, de inmediato y nada más empezar la frase, lo que queremos decir exactamente.
20-VAYA/VALLA, HAYA/HALLA/ ALLÁ
A este podríamos añadir, incluso, royo/rollo, o raya/ralla, que también son confusiones con las que me he topado, aunque sin duda las dos primeras son las ganadoras:
Valla: es una cerca que delimita un terreno («Prohibido saltar la valla»), mientras que vaya es una expresión de sorpresa («¡Vaya! He ganado el tercer premio») o la primera/tercera persona del presente de subjuntivo del verbo «ir»: «Que yo/ella vaya a la recepción no cambia nada».
Halla: sería la tercera persona del presente del verbo «hallar» (encontrar) «Una agente de policía halla un cadáver en un edificio abandonado»); «Haya«, de nuevo una forma verbal, en este caso del verbo haber («Espero que el sofá haya cabido en la furgoneta») o un árbol («Hemos plantado un haya y un abedul»). «Aya» es sinónimo de cuidadora («Mi vieja aya se llamaba Matilde»). «Allá» es un adverbio de lugar («La casa estaba allá a lo lejos, a la derecha de aquella colina»).
21- FALTA DE SIGNOS DE INTERROGACIÓN Y ADMIRACIÓN
Muy común es últimamente encontrar, como contagio del lenguaje de mensajes de texto o wasap, frases interrogativas o exclamativas únicamente con el signo de cierre (?!) y no con el de apertura (¿¡).
En español y castellano, a diferencia de otros idiomas como el inglés o francés, no variamos la estructura de la frase al hacer una pregunta (en inglés, por ejemplo, pasan de «I can do it» a «Can yo do it?»), por lo que la única pista que tenemos para saber, desde el inicio, que una frase es una pregunta o una exclamación es el signo de apertura.
Es normal que en el lenguaje coloquial, hablando por mensajes con nuestros amigos, tal vez no los usemos, pero en el lenguaje de un texto literario siempre debemos incluirlo (a no ser que estemos transcribiendo unos mensajes de textos entre amigos, con sus faltas y sus giros coloquiales).
22- AY, AHÍ, HAY
Muy usual es también la confusión entre todas estas palabras (y doloroso para la vista).
Ay: es una interjección para expresar dolor. «¡Ay, me he dado un golpe con la esquina de la mesa!»
Ahí: como «allá», se trata de un adverbio de lugar, en este caso indica un lugar muy próximo al hablante: «Tienes la goma de borrar ahí, encima del escritorio»
Hay: es la tercera forma del singular del presente del verbo «haber»: «Hay una tetera preparada para la convención de enfermería». Recordemos que, en esta forma impersonal, siempre se usa así, en singular, aunque el objeto al que se refiera sea plural: «Hay veinte casos de viruela declarados en Salamanca».
23- MÁS / MAS
La primera forma, la acentuada, es un adverbio de cantidad (contrario a «menos») y sin duda la más común -sobre todo en castellano, ya que la segunda apenas la usamos.
La forma no acentuada es una conjunción adversativa sinónimo de «pero», que en los países latinoamericanos tiene un uso más frecuente: «Me han subido el salario, mas no tanto como esperaba«. Si te fijas, es imposible sustituir esta segunda forma por «menos» sin que resulte incorrecta gramaticalmente: «Me han subido el salario, menos no tanto como esperaba».
En cambio, la forma acentuada siempre se puede sustituir por «menos» y resultar correcta gramaticalmente: «Quiero más paella/ Quiero menos paella». «Esperaba más de mis sobrinos/ Esperaba menos de mis sobrinos».
24-QUÉ/QUE, CUÁNDO/CUANDO, DÓNDE/ DONDE
Como explica la Fundeu, Cómo, cuándo y dónde se escriben con tilde cuando tienen carácter interrogativo o exclamativo, como en «¿Dónde has metido las llaves del coche?», «No hemos decidido dónde cenar», «¡Cuándo has llegado!» o «No sabes cómo llovía cuando salí del trabajo».
Estos adverbios se pueden confundir con las palabras como, cuando y donde, que se pronuncian igual pero se escriben sin tilde porque sus significados y usos son diferentes.
Para saber cuándo estas palabras son adverbios interrogativos o exclamativos, puedes usar este truco: si tras la palabra puedes incluir “demonios”, irá acentuada:
«¿Dónde DEMONIOS has metido las llaves del coche?» sería correcto y «dónde» irá acentuada.
En cambio, «Busqué las llaves donde siempre están, pero no las encontré», no llevaría acento, ya que sería incorrecto decir “busqué las llaves donde demonios siempre están…”
25 A VER/ HABER, A/HA
Haber: es el infinitivo de dicho verbo, que suele ser además el auxiliar para formas compuestas: «Haber venido antes si querías tener sitio», «No haber hablado es señal de inseguridad»
A ver: en cambio, se trata de la preposición «a» y del verbo «ver», es decir, siempre indica una acción en la que alguien va a observar alguna cosa, ya sea un futuro cambio, algo que está por venir, o un evento, etc. «Vamos esta tarde a ver las estrellas», o, más coloquialmente: «A ver si sale todo bien», que no es más que el apócope de «(Vamos) A ver si sale todo bien».
De hecho, un pequeño truco para asegurarte de que estás en la forma separada es colocar antes «vamos».
Y, sin duda, una de las faltas más frecuentes que me encuentro es utilizar la preposición «a» (sin hache) en lugar del verbo auxiliar «ha» (de haber, con hache) junto a un verbo: «Alejandra a llegado de París esta noche».
O, peor aún, al contrario, más doloroso aún para la vista es cuando alguien utiliza el «ha» del verbo «haber» en lugar de la preposición «a», y desgraciadamente he tenido que leerlo más de una vez y más de dos: «Vamos ha ver qué ocurre».
Extraído del blog de Diana P. Morales.
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