Ya está a la venta el nuevo libro del autor Iñaki Marañón titulado: LA ÚLTIMA PLAGA (EL VIRUS DE LOS IDIOTAS), publicado por Editorial C&M.
Os dejamos la entrevista que le hemos hecho, para que conozcáis un poco más sobre el autor.
¿Podrías contarnos quién es
Iñaki Marañón?
Realmente creo que es un
personaje de mí mismo, ya que exactamente ni me llamo ni me apellido así. Es
más cómodo, es como ponerse un uniforme de trabajo. La diferencia es que con
este uniforme de trabajo hago lo que quiero y como quiero.
¿Qué te aporta
la escritura?
Lo mismo que la naturaleza, sentirme más humano.
¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura?
Con bolígrafo. Creo que entonces todavía había dinosaurios como animales
de compañía… Escribía poesía con bolígrafo. Desde pequeñito, tendría unos diez
años.
¿Te inspiró alguna persona o alguna situación
en particular?
Supongo que
sí, porque si no, no lo hubiera escrito. Pero no recuerdo el qué. Sí que
recuerdo los primeros versos.
¿Podrías compartir con nosotros alguna anécdota relacionada con la época
en la que la escribiste tu obra?
Sí,
además eso era muy interesante, porque cuando contaba a mis cercanos de qué iba
el asunto, les divertía y les interesaba mucho, y cada uno tenía sus propias
teorías. Lo que sí recuerdo bien fue haber preguntado a varias personas cuántos
idiotas creían que había en el mundo. Lo primero, sonreían; después decían que
muchos. La cifra más habitual era mil millones de idiotas, tal vez porque es un
número muy redondo.
¿Cuál es tu proceso de documentación?
Depende del formato y de la historia. En este caso todo el proceso arranca con la pregunta: «¿Qué pasaría en el mundo si de repente surgiera un virus que solamente afectase a los idiotas?». A partir de ahí mucho internet para saber cómo era una pandemia mundial, cómo se contagiaba la gente, cuántas olas podía haber, cómo se podían comportar los políticos, los países, cómo hacer mascarillas, en cuánto tiempo se podía diseñar una vacuna… Esas cosas. Si me espero un año me hubiera ahorrado todo el proceso de documentación, pero no hubiera escrito la novela.
Cualquier
momento del día es bueno. Lo que sí puedo recomendar por experiencia es que
mantener un horario habitual ayuda a centrarse más y mejor.
¿Cómo surgió la idea de tu novela?
Trabajando,
sobre las cuatro de la madrugada. Era una actividad que permitía conversar
mientras trabajábamos, y surgió la idea de: ¿Te imaginas que apareciera un
virus que solo contagiase a los idiotas? Nos hizo tanta gracia la ocurrencia
que me pareció muy adecuada para una buena historia. De hecho, a la semana ya
tenía estructurada más de la mitad de la novela.
¿Qué van a encontrar los lectores entre las páginas
de tu obra?
Muchas letras, espero que bien puestas. Además de eso, espero que también
mucho humor, y mucha reflexión a través del esperpento.
¿Para qué tipo de lectores
escribes?
¡Menuda pregunta! La verdad, nunca me
lo había planteado. Pero creo que a todo aquel que le guste leer y tenga una
edad adecuada. Intento escribir historias que abarquen un amplio espectro.
¿Algún género literario que te apetezca experimentar y aún no te atrevas?
No es por no atreverme, pero todavía no he escrito ninguna obra de
teatro, y eso sí que me apetece.
Lo mejor que te ha pasado en tu andadura literaria y lo peor que has vivido en el camino
de darte a conocer a los lectores.
Si cuento como andadura literaria desde que empecé a escribir mis
primeras letras de niño, sin duda de más joven haber ligado gracias a la poesía.
Al final no hay mayor medalla que vivir experiencias.
Y
lo peor de darme a conocer es todo el tiempo que hay que invertir en ello para
captar la atención de la gente. ¡Si a mí lo que me gusta es escribir!
¿Qué estás leyendo
actualmente?
Ando
tan liado últimamente que no tengo tiempo más que para información como labor
de documentación. Pero como me gusta sobre lo que me informo, pues también
disfruto.
¿Cuánto tiempo le dedicas a escribir?
Cuando estoy en época de escritura intento como mínimo una hora al día.
Tampoco tiene por qué ser mucho más. El hecho de ver la continuidad ayuda a no querer
fallar un día, a la vez que la mente recuerda mejor dónde ha dejado la
historia. Una hora al día son casi 200 horas de escritura en medio año, tiempo
suficiente para escribir una novela (dependiendo del tamaño).
¿Qué hay que hacer para ser un escritor?
¿Quién soy yo para contestar a esa pregunta? Mi novela va exactamente de
lo contrario a dar una respuesta a esa pregunta. Si lo supiera te lo diría, pero
hay tantos tipos de escritores, cada uno con su manera, que resulta complicado
contestar. En mi caso, escribo cuando quiero contar algo. De más joven contarme
cosas que incluso solo podían ser para mí mismo. Pero hoy en día prefiero
contar cosas para todo el mundo.
¿Cuáles son tus métodos de promoción de tu obra?
Vivo en una
casa en medio de un monte de una zona perdida de la España vaciada. Hay días
que he visto más jabalíes que personas, y no es un chiste. Y la verdad, apetece
poco viajar a las grandes ciudades. Así que el método es internet, radio, prensa
y televisión. Cada medio con su especificidad, y a poder ser todos los formatos
coordinados.
¿Tienes más proyectos
en mente?
Sí, hacerme millonario con todo
esto, y que la huerta de mi casa la tengamos este año tan hermosa como el año
pasado.
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