Acabamos de publicar la nueva obra del escritor Cayetano Santana titulada MADRID CANELA 1966. Una obra que no va a dejar indiferente al lector. Hemos charlado con el autor sobre algunos aspectos de su creación y la entrevista se ha convertido en unas reflexiones que nos ha regalado y que espero puedan disfrutar para conocer un poco más de la semblanza del escritor onubense.
¿Podrías contarnos quién es
Cayetano Santana?
Esta pregunta es muy fácil, porque tengo un DNI, pero muy difícil porque
remite al enigma del autoconocimiento, algo que ha llegado a ocuparnos y
obsesionarnos de tantas y tantas maneras distintas a través del arte, la
cultura y la ciencia. Pero, vamos, que soy uno, como tantos, que piensa que son
las obras las que son amores, y no tanto las buenas intenciones. Así que, en el
camino nos encontramos...
¿Qué te aporta
la escritura?
Me interesa más saber que aporta a otros mi escritura, porque para eso
escribo. Si fuera para mí, no lo necesitaría... Y lo digo con sinceridad,
porque no creo escribir por lo que me aporte a mí. Es cierto que también saco
tajada, saco de los encuentros con los lectores, de las humildes satisfacciones
que nacen del reconocimiento sincero de los lectores. Con eso me doy por satisfecho.
¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura?
Empecé durante el bachillerato, con la revista o periódico del instituto.
Descubrí que se me daba con cierta facilidad. Así fue cómo empecé. Luego
participé en la revista cultural de la Facultad de Filosofía, en Sevilla. Por
entonces, me puse a escribir una novela que me ocupó muchos años, porque
regresaba a ella, sin continuidad, me faltaba algo así como la serenidad
necesaria. Aquello se prolongó mucho, pero logré acabarla cuando retomé con
fuerzas mis ganas de escribir, solo entonces pude acabarla. También es cierto
que escribí un libro de poemas, que nunca he publicado.
Esa primera novela se quedó inédita, porque aquel Cayetano que había
conseguido terminarla ya era alguien muy distinto a aquel otro que la había
empezado. Lo que importaba es que ya estaba de vuelta en el territorio de la
escritura y seguí y seguí. Así descubrí que debía contar y compartir algunas
historias y personajes. El impulso me llevó a escribir Las mujeres
imposibles y ya continué hasta Madrid Canela 1966.
¿Te inspiró alguna persona o alguna situación
en particular?
Uno siempre escribe a partir de sí mismo, se podría decir que uno mismo
es el material en bruto a partir del cual se debe crear, encontrar un estilo y
hasta una visión del mundo que compartir, algo que va de encontrar una forma de
entender el relato, un cúmulo de cosas que te hace ser o no ser escritor. Ser
escritor es algo distinto a publicar un libro.
Pero tu pregunta va también de las influencias y los modelos. Aquí fue
quizá Rayuela de Julio Cortázar, el libro que más me impactó para amar y
querer escribir. Luego han venido muchos más, Kundera, Pla, Vila-Matas... De
todos modos, yo también bebo de la filosofía, en el sentido de que no cultivo
el estilo por sí mismo, sino que le doy mucha importancia al contenido en lo
que escribo.
¿Podrías compartir con nosotros alguna anécdota relacionada con la época en la que escribiste tu obra?
Qué difícil. A ver, suelo escribir o más bien pulir y pulir mis escritos
en alguna cafetería tranquila y me ha pasado que algunos vocingleros se sentían
molestos por ver a un tipo con ordenador. A alguno les he oído decir que debía
ir a trabajar a casa. También he tenido que descubrir que la importancia de
divulgar y salir a hacer promoción, o la importancia de revisar y revisar,
mejorar y mejorar aquello que escribo.
¿Cuál es tu proceso de documentación?
Mis libros no son de los que tienen una documentación especial o muy
relevante. Quizá tiro más de mis intuiciones y conocimientos de la condición
humana, de la indagación psicológica, de las ideas más relevantes que inspiran
nuestra forma de ser... Mi documentación principal es ese cúmulo de reflexiones
que me proporciona mi formación filosófica.
¿Existe un horario
propicio para ponerte
a escribir o cualquier momento
del día es ideal?
No, en mi caso no vale cualquier momento. A mí me va muy bien la media
mañana y el atardecer. En realidad, suelo escribir acompañado de una buena
cerveza y una copa de vino, con el estómago vacío, por supuesto.
¿Cómo surgió la idea de tu novela?
Es difícil de decir. Madrid Canela 1966 surge a partir de un tipo
humano, que a mí se me impuso como el hombre que quiso ser Nietzsche. Yo mismo,
es cierto, fui nietzscheano, así que no me era muy lejano el tema. Por otro
lado, me apetecía mucho escribir una novela que no estuviera en primera persona,
que tuviera trama detectivesca, intriga, una novela que tuviera una estructura
compleja... Así fue cómo he construido lo que se llama un artefacto literario,
con múltiples personajes girando alrededor del centro del protagonista.
¿Qué van a encontrar los lectores entre las páginas
de tu obra?
Espero que una experiencia gratificante, que les atrape y cautive, pero
que a la vez pueda incluso instruir, porque me gusta entrar en diálogo con los
lectores. Es una obra que admite muchas lecturas, con muchos planos... Una obra
que pretende ir del corazón a la cabeza, para que la literatura sea un vehículo
que nos permita a todos ampliar nuestro mundo, vivir más, vivir vidas
ejemplares y a la vez criticables.
¿Para qué tipo de lectores
escribes? ¿Algún género
literario que te apetezca experimentar y aún no te atrevas?
Puede ser que uno comience a escribir para ese lector ideal que está como
agazapado en su interior. Luego cabe que nos abramos verdaderamente a los
lectores, lectores indefinidos, ese público lector que imaginamos muy amplio.
Mis libros no son para lectores que lean al peso, casi para evadirse, mis
libros creo que exigen un paladeo detenido, un paladear que espero que aúne
saber y sabor.
Me preguntas también por mis proyectos, y te cuento: Después de dos
novelas, me apetecía escribir un ensayo, un libro de introducción a la
filosofía. Y en ello andamos, dando los últimos retoques. También me apetecía
escribir relatos breves, ya sabes, el género de los cuentos... Y creo que verá
la luz una obra con algunos de ellos. Después de esto, no sé por dónde seguiré,
quizá vuelva a la novela, o no, quién sabe...
Lo mejor que te ha pasado en tu andadura literaria y lo peor que has vivido en el camino
de darte a conocer a los lectores.
Lo mejor que me ha pasado es, sin duda, el contacto con los lectores, en
las ferias del libro, en las presentaciones, es muy gratificante... Te regalan
la gratitud por haberte leído, se reconocen en los personajes, recuerdan sus
experiencias...
¿Lo peor? Quizá lo difícil que resulta llegar a la gente sin que uno
mismo vaya detrás de su libro. Aquí se empieza desde abajo, y llegar a tener un
marchamo, un éxito, que se aprecien tus libros en muchos lugares... Eso es lo
más difícil, tarea de años de lucha con y contra uno mismo.
¿Qué estás leyendo
actualmente?
He terminado una biografía de García Lorca, ando leyendo un ensayo que se
titula Los peligros de la moralidad y tengo a Primo Levi y su obra Los
hundidos y los salvados esperándome.
¿Cuánto tiempo le dedicas a escribir?
No podría decirte, porque depende del tiempo que me deja el trabajo.
Además, cuando se va a sacar una novela, como ahora, todo el tiempo se te va en
corregir las pruebas de imprenta, dar el visto bueno a la edición.
¿Qué hay que hacer para ser un escritor?
Creo que no pretender ser un escritor. No creo en eso de ser escritor,
uno escribe, por supuesto, pero debe ser muchas cosas más. No conviene
obsesionarse, hay mucha gente que sueña con escribir y no suele hacerlo. Otra
gente no sueña tanto, se esfuerza y va y lo consigue.
¿Cuáles son tus métodos de promoción de tu obra?
Creo que ninguno. Trato de estar, a disgusto, porque no me gusta, en las
redes sociales. Estoy por mi obra, exclusivamente, quiero decir. Y eso se nota,
eso hace que la utilice menos de lo que recomiendan los expertos en marketing.
Me gustaría creer que la verdadera promoción sea el valor de mi obra. Eso sí,
me gusta el contacto directo de las presentaciones, las ferias del libro...
Estuve en la conocida Prisión Sevilla 1, y fue gratificante poder compartir mi
obra con los internos. También considero importante la labor de las reseñas, de
los foros de lectura... También me encanta dar conferencias e incluso me
ofrezco a los clubes de lectura, algo que me parece magnífico.
¿Tienes más proyectos
en mente?
Los que te comentaba antes, dar a luz el ensayo de introducción a la
filosofía y mi nueva obra literaria, los cuentos. Esos son mis proyectos, uno
más avanzado y otro en marcha.
La obra Madrid Canela 1966 ya está en distribución y la pueden adquirir en cualquier librería o en las plataformas digitales.
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